Entierra el proyecto franco-germano de crear un coloso que compita con ChinaLa comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, ha tomado numerosas decisiones históricas. Pero, seguramente, ninguna marcará tanto el futuro del mercado interior y la industria europea como su decisión de prohibir ayer la fusión de los dos gigantes del ferrocarril europeo, Siemens y Alstom. De esta manera, Bruselas dio un severo revés a la aspiración francoalemana de crear campeones europeos, sobre todo para pelear en mercados estratégicos contra los gigantes de EEUU y China. La reacción de París y Berlín no se hizo esperar. "Es un error político", lanzó el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire. Para los defensores de la operación, la fusión es necesaria para competir contra el fabricante chino CRRC, la mayor firma del sector en el planeta. Francia y Alemania llevan semanas, sino meses, defendiendo que se necesitan campeones europeos competitivos de puertas afuera, incluso si el peaje a pagar es tener algo menos de competencia en la UE. Pero Vestager ya está acostumbrada a la presión política en casos muy mediáticos. En estos cinco años impuso una multa récord a Google de 4.340 millones de euros y obligó a Apple a devolver a Irlanda 13.000 millones de euros en impuestos no recaudados, lo que le valió estar en la mira de Donald Trump. Ayer se presentó ante la prensa cargada de apoyos (autoridades de competencia, compañías, sindicatos…) y de argumentos para desmontar el riesgo de un dominio chino. Y, con la mirada puesta en los Gobiernos francés y alemán, advirtió que "se supone que no debemos ser políticos" dado que "nuestro mandato se basa en crear valor". La comisaria resumió que la operación "hubiera resultado en precios más elevados por los sistemas de señalización que mantienen a los pasajeros a salvo y para la próxima generación de trenes de alta velocidad". También apuntó que los remedios propuestos por ambas no representaron cambios significativos, al ser complejos y no deshacerse de partes del negocio. Para muchos, este caso resultaba equiparable al de Airbus, el gigante europeo de la aviación creado hace casi medio siglo. Sin embargo, la danesa recordó que en el sector de la aviación, la fusión de varios fabricantes de la UE para generar Airbus "fue un buen ejemplo sobre la creación de competencia", porque los europeos entonces eran incapaces de competir con Boeing. Sin embargo, indicó que el mercado actual del ferrocarril es diferente. "Siemens y Alstom ya son campeones europeos", subrayó. El tamaño y la competencia del mercado interior es precisamente el mismo que ha convertido a la em-presa alemana y al fabricante francés en actores destacados. Vestager apuntó que una fusión solo hubiera servido para aumentar los precios, y reduciría la necesidad de innovar, que es la mejor herramienta que tienen contra CRRC. Pero Le Mair insistió en que "el rechazo de la fusión de Alstom-Siemens servirá a los intereses económicos de China". Su colega alemán, Peter Altmaier, añadió que el mercado ferroviario representa una tajada de 100.000 millones de dólares. La china CRRC, a examen El equipo de Vestager analizó no solo el peso actual de CRRC sino su capacidad para ganar licitaciones públicas. Y la conclusión fue clara: los chinos no entrarán en el mercado europeo "en un futuro predecible". Recordó que el 90 por ciento del negocio de CRRC está anclado en China. Además, ninguna empresa del país asiático ha ganado un contrato de alta velocidad fuera de sus fronteras, ni se ha presentado a una oferta pública para señalizaciones en un país europeo. La decisión tiene la suficiente envergadura para ganarle amigos y adversarios a la danesa en la precampaña para las elecciones europeas de mayo. Vestager es vista en el campo de los liberales como posible candidata a liderar la Comisión Europea, aunque su familia no ha propuesto ningún nombre, como si han hecho el centro-derecha o los socialistas.