Randstad Research detecta en su informe Flexibity un déficit de profesionales con habilidades STEM (un acrónimo en inglés de science, technology, engineering y mathematics que sirve para designar las disciplinas académicas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). De hecho, el 50 por ciento de las empresas ya tienen problemas para cubrir estas vacantes. El centro de estudios y análisis del Grupo Randstad en España prevé que la digitalización genere 1.250.000 empleos en los próximos cinco años. De esta cifra, 390.000 empleos son STEM puros; 689.000 corresponden a empleos inducidos, que darán soporte a los STEM; y 168.000 serán empleos indirectos. Las universidades politécnicas están nerviosas porque la demanda de sus titulaciones se ha estacando, cuando las perspectivas indican que los empleos de tipo técnico pueden duplicarse en los próximos años. La demanda de carreras técnicas en los últimos diez años ha descendido un 25 por ciento y las mujeres están poco representadas. Decrecimiento de alumnos El número de estudiantes matriculados en las áreas científicas ha descendido, en términos absolutos, en más de 65.000 profesionales. Además, en términos relativos, han pasado de representar el 30 por ciento del total de estudiantes en 2009 al 26 por ciento en 2016. Según el centro de estudios, esto va a provocar una tendencia a la baja que descenderá al 3,3 por ciento de aquí a 2021. Los factores de esta pérdida de alumnos podrían ser la crisis económica, los precios de las matrículas -ya en Cataluña se ha demostrado que los estudiantes con bajos ingresos eligen carreras de Ciencias Sociales y Humanidades, que son más baratas-, y la transición al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), entre otros. Además, hay una percepción de que estas carreras requieren de un gran esfuerzo, más aún si son comparadas con otras alternativas de carreras o titulaciones. En 2015 ya faltaron en Europa 700.000 ingenieros y en España, ahora mismo, no cubrimos la demanda en informática y telecomunicaciones. Los expertos coinciden en que el mercado está demandando profesionales flexibles, capaces de adaptarse a nuevas formas de trabajar, en proyectos multidisciplinares, con un espíritu creativo y en continua actualización. Además, deben estar preparados para poder ejercer su ocupación en cualquier parte del mundo y se valoran especialmente valores y competencias como la iniciativa y el espíritu emprendedor, el razonamiento crítico, la pasión por la excelencia y una actitud de continuo esfuerzo, rigor y búsqueda de la mejora continua. A nivel europeo, el informe revela que España se encuentra por detrás de otros países de su entorno en su porcentaje de empleos tecnológicos, un problema generalizado en la mayoría de países comunitarios. Sin embargo, hay países que no sufren esa brecha, Suecia, Gran Bretaña y Francia, que han sabido resolver el problema desde hace años. Por comunidades, Madrid cuenta con una proporción de empleo de alta tecnología por encima del 13,5 por ciento, mientras que País Vasco se sitúa entre el 9 y el 11 por ciento. Aragón y Cataluña, por su parte, se sitúan entre el 6,5 por ciento y el 9 por ciento. También hay que destacar que, para incrementar el valor que aportan a la sociedad e incrementar el número de alumnos, las universidades politécnicas de Madrid, Cataluña, Valencia y Cartagena crean la asociación UP4.