Los actuales accionistas se quedarán con el 5% del capital de la empresa, ampliable hasta el 10%Los bancos acreedores y bonistas de Abengoa sellaron ayer un principio de acuerdo para reestructurar la deuda del grupo andaluz y evitar así el concurso de acreedores. En virtud de este pacto, y a falta de ligeros flecos, el 70 por ciento del endeudamiento (más de 6.000 millones de euros) será capitalizado y el 30 por ciento restante (alrededor de 3.000 millones) se mantendrá en la nueva Abengoa como deuda sostenible. Los bonistas tendrán el 55 por ciento del capital, los bancos el 40 por ciento y los actuales accionistas el 5 por ciento, ampliable al 10 por ciento si se cumple el plan de viabilidad. El acuerdo necesitará el respaldo de al menos el 75 por ciento del pasivo. Los bancos integrados en el llamado G-7 (Santander, HSBC, Caixabank, Bankia, Popular, Sabadell y Crédit Agricole) y los bonistas acaparan más del 50 por ciento de la deuda de Abengoa, por lo que requerirán sumar a una mayoría del resto de acreedores, que en total son cerca de 250. Previsiblemente, la próxima semana se celebrará una reunión con todos ellos, entre los que se incluyen, además de entidades financieras españolas e internacionales, aseguradoras y organismos públicos, como el Instituto de Crédito Oficial (ICO) y el Cesce. Abengoa está al tanto del acuerdo, que requerirá del certificado del auditor (Deloitte) e, igualmente, tendrá que aprobarlo en consejo de administración en los próximos días. La fecha límite para alcanzar un convenio definitivo es el 28 de marzo, día en que vence el plazo legal del preconcurso de acreedores -solicitado el pasado 25 de noviembre-. En función de lo que contenga definitivamente el acuerdo, tendrá que ser sometido o no a la aprobación de la junta general de accionistas. Un trámite que en todo caso no supondrá un obstáculo, toda vez que el pacto cuenta con la bendición de Inversión Corporativa, la sociedad de los Benjumea y otras familias andaluzas que controla el 51 por ciento de los derechos del grupo. Los bonistas, entre los que figuran Blackrock, Centerbridge, D. E. Shaw, Värde Partners, Invesco, Eton Park y Elliott International, asumirán el grueso de las nuevas inyecciones de liquidez, aunque alguna entidad financiera también ha mostrado su interés en participar. En los próximos días, los fondos concederán un crédito de 110 millones -algunas fuentes lo elevan a entre 115 millones y 125 millones- para que Abengoa pueda pagar las nóminas de marzo y algunas facturas urgentes. De cara al futuro de la nueva Abengoa, los bonistas -y alguna entidad llegado el caso- aportarán 1.200 millones. Serán, por tanto, 1.310 millones de nueva liquidez. Tipo de 18 por ciento El tipo de interés de estos préstamos, que tendrán un vencimiento de cinco años, será del 18 por ciento: un 4 por ciento de comisión de apertura, un 5 por ciento anual y un 9 por ciento más de terminación. Se trata, por tanto, de un nivel inferior al 25 por ciento planteado en un inicio, pero muy por encima del que pretendían los bancos. No obstante, si Abengoa cancela esta deuda -o una parte- en los dos primeros años, se aplicará una comisión de cancelación del 5 por ciento. Con ello, la ingeniería sevillana se ahorraría una parte del pago de intereses. A cambio del dinero nuevo, los bonistas se harán con el 55 por ciento del capital de la compañía. Además de estos 1.310 millones de euros , el acuerdo contempla la refinanciación de tres préstamos: el de 125 millones de euros que los bancos españoles entregaron en septiembre pasado de cara a la ampliación de capital que posteriormente se frustró; el de 106 millones que el G-7 entregó en diciembre para pagar las nóminas; y el de 140 millones que el fondo TCI concedió en octubre. Los dos primeros fijarán un tipo del 5 por ciento anual más euribor, con un vencimiento de dos. El crédito de TCI, por su parte, se alineará a las condiciones de la nueva inyección de los bonistas, es decir, con un interés del 18 por ciento y a cinco años de plazo. Con la refinanciación de los créditos y la nueva liquidez, la cantidad que necesita Abengoa asciende a cerca de 1.700 millones de euros. Un importe muy superior a los 1.130 millones que el grupo estimó en el plan de negocio (826 millones este año y 304 millones en 2017). Los bancos, aseguradoras y organismos públicos, entretanto, se quedarán con el 40 por ciento de las acciones de la nueva Abengoa derivado de la capitalización del 70 por ciento de la deuda. Las entidades financieras asumirán igualmente el grueso de los 800 millones de euros requeridos en avales. El G-7 está dispuesto a aportar la mitad y negocia para que otras entidades y aseguradoras abarquen el resto. Los bonistas también han mostrado su disposición a completar estas garantías si fuera necesario. Quienes se hagan cargo de estos avales se quedarán con el 5 por ciento (restado del 40 por ciento). Los actuales accionistas verán diluida su participación en un 95 por ciento. Así, mantendrán el 5 por ciento del capital. Inversión Corporativa controlaba hasta ahora el 51 por ciento de los derechos, que se verán limitados al entorno del 2,5 por ciento. Ahora bien, en el caso de que se cumpla el plan de viabilidad y la nueva Abengoa pague la deuda en plazo, los accionistas tomarán un 5 por ciento adicional. Para ello, no obstante, podrían transcurrir cinco años. Desinversiones En las próximas dos semanas, por tanto, los acreedores confían en cerrar un acuerdo que garantice la viabilidad de Abengoa. En su hoja de ruta futura, las entidades financieras contemplan además vender su deuda a fondos de inversión. Queda por saber cuál será el equipo directivo que capitaneará la nueva Abengoa, que desde la semana pasada está presidida por Antonio Fornieles y tiene a Joaquín Fernández de Piérola como nuevo consejero delegado. Una vez resueltas todas las aristas, Abengoa retomará los planes para cerrar desinversiones. La compañía tiene puesto el cartel de se vende a activos por un importe superior a los 2.000 millones de euros, aunque inicialmente espera poder cerrar ventas por entre 500 y 600 millones. Hasta el momento, muchos potenciales interesados han aplazado cualquier negociación hasta conocer el desenlace de la empresa y tener interlocutores válidos. En su plan de negocio, elaborado por Álvarez & Marsal, Abengoa estimó que la compañía tiene un valor siete veces mayor en operación que en liquidación. En concreto, calcula que una vez superada la reestructuración, su valor será de 5.395 millones de euros. Bajo las previsiones realizadas por Álvarez & Marsal, después de estudiar más de 200 proyectos de Abengoa así como la cartera, el grupo previó una generación de caja de 1.000 millones de euros de 2017 a 2020. El negocio de la nueva Abengoa estará concentrado en ingeniería y construcción, incluyendo proyectos en concesión con nuevas limitaciones de riesgos financieros, y mantendrá parte del negocio solar.