Este año, los votantes han premiado la novedad. Dos de los tres galardonadas en el sector de la consultoria-auditoria llevan poco tiempo al frente de la filial española para la que trabajan. José Luis Perelli es presidente de EY desde el 1 de julio del pasado año. Por su parte, Gonzalo Sánchez es incluso más reciente, pues asumió la presidencia de PwC España el 1 de abril de este año. Una vez más, las grandes copan los puestos del podio. Dos de los tres empresarios elegidos como los más destacados del sector este año están al frente de una de las Big Four. Sólo Alfonso Osorio, presidente de BDO España, no está entre las cuatro grandes, aunque dirige la quinta consultora en España por facturación. Vamos, que podría estar entre las Big Five españolas. Los empresarios, todos ellos socios de las firmas que representan en España, están volcados en subirse a la cresta de la ola que aporta a la consultoría la recuperación económica. Las cuatro grandes (junto a PwC y EY, que ocupan el segundo y cuarto puesto respectivamente, se encuentran Deloitte, en primer lugar por facturación, y KPMG, la tercera en España), crecieron el pasado año en facturación algo por encima del 5,5 por ciento. Sin embargo, la consultoría, que representa el 28,67 por ciento del negocio de las más grandes, está tirando más fuerte con crecimientos por encima del 10 por ciento, frente a la auditoria que aunque acumula el 44,52 por ciento del negocio, ha caído un punto y medio porcentual respecto al ejercicio anterior. Las empresas españolas empiezan a respirar negocio y esto supone actividad extra para estas firmas, especialmente en la vertiente de consultoría y de asesoría, tanto legal y fiscal, como financiera y estratégica. Se ha pasado el tiempo de las vacas flacas y ahora los directivos de las consultoras tienen que desplegar sus artes y mucho oficio para acompañar a las empresas españolas en su despegue económico. Procesos de internacionalización, e incluso operaciones corporativas, exigen un apoyo especialmente aportado por las firmas con una proyección internacional y presencia en otros países donde las empresas españolas puedan estar interesadas. Como también, deberán prestar servicio a muchas corporaciones extranjeras que han vuelto a poner sus miras en España. Por un lado, huelen crecimientos económicos, incluso por encima de la media europea nuevamente, y saben que muchas empresas españolas han salido tocadas de la crisis y algunas descapitalizadas, lo que ofrece muchas oportunidades de adquisiciones u operaciones corporativas. Y las consultoras estarán ahí para pilotar todos estos proyectos. Los directivos al frente de las firmas deben cambiar el perfil, más agresivos, para acaparar crecimientos por encima del sector que les permita aumentar la cuota de un mercado que se prevé jugoso. Y, además, tendrán que saber atraer el mejor talento para ganar en el tirón de la demanda.