El diario francés también pide ayuda en sus páginas a los accionistas y sociosmadrid. El diario francés Libération lanzó ayer un llamamiento a sus lectores, accionistas y socios para que lo ayuden a salir de la crisis que sufre. La cabecera invitaba en su portada a leer la página doble en su interior en la que explicaba la "fase inédita y difícil" que está atravesando. Se trataba de un comunicado firmado por los empleados y la dirección del periódico. En ese documento se explica que Libération cerró el ejercicio de 2005 con unas pérdidas de 15 millones de euros y, en marzo de este año, 56 empleados se fueron del periódico con el plan de bajas voluntarias. En junio, el periódico había acumulado una pérdida de explotación de seis millones de euros en el primer semestre. El presidente, Serge July, abandonaba ese mes su cargo con la esperanza de que su marcha favoreciese el relanzamiento de la cabecera. Un plazo: hasta el 1 de octubreEsa esperanza estaba fundada en la presencia de Edouard de Rothschild, accionista de referencia del diario desde enero de 2005, con el 38,87 por ciento del capital. Rothschild ha anunciado que si en un periodo que culmina el 1 de octubre (dentro de dos semanas) se pone en marcha un plan de relanzamiento del diario, él lo refinanciará. Durante este periodo, la gerencia está en manos de dos personas: por un lado, Vittorio de Filippis, un periodista de la sección de Economía elegido presidente por los empleados del periódico (que son los segundos accionistas, con el 18 por ciento del capital). Por otro, Philippe Clerget, elegido por Edouard de Rothschild, es director general. Para justificar la crisis de Libération, en el documento se hace alusión al mal momento que atraviesa hoy la prensa diaria: "Había 28 diarios nacionales en 1946. (...) Hoy quedan 11 que no distribuyen más que dos millones de ejemplares".Pero la dirección y los empleados de Libération no se quedan ahí, sino que realizan una crítica de su propio trabajo: "La vocación original de Libération era contar lo que los otros medios no contaban, emplear otras palabras, abordar otros temas. Esta ambición ya no es suficiente". Y prosigue: "Libération tiene los recursos humanos y periodísticos para convertirse en el periódico que, cada día, está más cerca de lo real, de las percepciones contemporáneas, de sus lectores. Eso requerirá probablemente cambios (...). Para justificar su precio de venta, Libération debe poner el acento en lo más importante de la actualidad: reportajes, investigaciones, debates (...) Ese trabajo periodístico necesita medios importantes. Una investigación puede durar semanas; un reportaje, días; un debate, necesita espacio, es decir, papel. (...) Nuestra intención no es lanzar inversiones desmesuradas. Pero nuestro proyecto es, en una coyuntura industrial extremadamente difícil, utilizar al máximo nuestro margen de maniobra para traerles un periódico mejor".Petición a los accionistasEl texto culmina emitiendo un llamamiento a los accionistas: "La crisis de la prensa es también una crisis de la oferta editorial (...). Y relanzar esta oferta requiere invertir". Y esto "debe ser compartido también por los demás accionistas del periódico". También se dirigen "a los demás socios del periódico", como impresores y proveedores. Finalmente, los firmantes apelan a los lectores: "Nos queda poco tiempo y pocos medios. Les necesitamos". Les proponen que dejen sus mensajes "vía una sociedad de lectores en la que los estatutos, la composición, el papel, se definirán en las próximas semanas (...). "La web www.liberation.fr recibirá sus contribuciones y nos permitirá dialogar con ustedes". "Con ustedes, Libération vivirá".