En la capital checa no hay que perderse un paseo por el Puente de Carlos; en Budapest el Bastión de los Pescadores y en Viena, la elegante Ópera Austro-Húngara. Por Noelia GarcíaLa República Checa, Austria y Hungría cuentan con un rico legado histórico, artístico y cultural. Un recorrido por el arte y la historia de las Ciudades Imperiales de Praga, Viena y Budapest es uno de los circuitos más demandados por los turistas de todo el mundo. Praga Para disfrutar al máximo de Praga se necesitan tres días como mínimo. Lo imprescindible es visitar la Ciudad Vieja y el barrio de Malá Strana (la ciudad pequeña), también el Castillo (hoy sede de la Presidencia), el puente de San Carlos, el Callejón del Oro y el hogar del escritor Franz Kafka… Existen varios tours gratuitos, que ofrece la empresa Sandemans, donde al finalizar el circuito se da la voluntad, según te ha parecido la explicación del guía. También, el campo de concentración de Terezín le trasladará a la Segunda Guerra Mundial. Si dispone de tiempo, otra opción es visitar Karlovy Vary, la ciudad-balneario más famosa de Europa. Este enclave se levanta sobre una gigantesca balsa acuífera. Del subsuelo brotan 80 manantiales que vierten a diario cerca de seis millones de litros de agua de elevado contenido mineral. Viena La capital de Austria está fuertemente ligada a la música clásica. Su Ópera, puede ser vista por todo el mundo. Tiene butacas a partir de 150 euros y entradas para ver algunas obras de pie por tres y cuatro euros. Para conseguir los tickets, hay que hacer una cola 90 minutos antes de que empiece la obra, en la parte izquierda del edificio. Una vez dentro y elegido el sitio (parte superior) puede atar un pañuelo en la barandilla para guardar el sitio y, así, visitar la ópera antes de que dé comienzo la función. Otra opción es verla en una pantalla gigante que colocan en el lado derecho del edificio. Entre abril y septiembre se pueden seguir las representaciones desde ahí. Otros edificios interesantes son la Catedral de San Esteban y el centro histórico, el Palacio Imperial de Hofburg, el Palacio de Schönbrunn, el Palacio Belvedere, la construcción de casas Hundertwasserhaus -con una arquitectura creativa y diferente al del resto de la ciudad, combina pisos y fachadas ondulantes, aberturas irregulares, gran colorido y vegetación-. La Ringstrasse es una de las avenidas más importantes, alberga algunos de los edificios más emblemáticos de Viena: la mencionada Ópera, el Kunsthistorisches Museum, el Naturhistorisches Museum, el Parlamento, el Ayuntamiento, el Teatro Imperial, la Universidad de Viena, etc. El Wiener Prater es el mayor parque público de la ciudad. En el año 1873, fue el escenario de la Exposición Universal de Viena. Budapest Impresicindible en esta ciudad es pasear por Váci Utca (calle en húngaro), la Avenida Andrássy y la Basílica de San Esteban. Recorrer los alrededores del Castillo de Buda puede resultar agradable y tomar algunas fotos. El Parlamento es el edificio más representativo de Budapest. Por unos seis euros puede entrar con una guía en español. Otras visitas interesantes son la Ópera de Budapest, uno de los edificios neorenacentistas más importantes de Hungría (las entradas más baratas oscilan entre ocho y 10 euros). El Mercado Central, el Bastión de los Pescadores (un mirador situado en la colina de Buda) o darse un baño relajante en alguno de los balnearios de aguas termales que tiene la ciudad. Los más importantes, que además son mixtos, es el Gellert y el Széchenyi, uno de los recintos termales más grandes de Europa.