P ara nadie es un secreto que una de las mayores fortalezas y cotidianidades de los colombianos es sortear las crisis. Y es que, desde que amanece hasta el anochecer, aquí siempre habrá una crisis por resolver. La mayor de ellas, y quizás la que más obsesiona al presidente Juan Manuel Santos, es la búsqueda de una salida negociada al conflicto armado que desde hace más de medio siglo le ha impuesto al país la guerrilla de las FARC. Pero, además, en el plano económico el asunto central en la agenda es capear el temporal derivado de la crisis mundial de precios del petróleo. Una apuesta firme Hoy, más que nunca, el Gobierno liderado por Santos tiene en el logro de la paz su principal bandera, al punto de que el mandatario no vacila en repetir que persistirá en ese empeño, aun a costa de su prestigio político, y tiene enfiladas todas sus baterías hacia ese objetivo, pese a que en cinco años de negociación con las FARC, tres de ellos de manera formal, todavía no se vislumbra un acuerdo definitivo. Y con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), otra guerrilla con menos antigüedad que las FARC, apenas se avanza en conversaciones preliminares para concretar una mesa de diálogo, a la cual Ecuador ha ofrecido espacio en su país. En todo caso, es tal la fe que tiene Santos en su propósito que la palabra posconflicto abunda en todos los programas y estrategias futuras del Gobierno colombiano. Por ejemplo, se habla de destinar cinco millones de hectáreas a programas relacionados con un escenario de país en paz. Lo propio ocurre con el presupuesto que se destina a los desplazados y víctimas del conflicto, que este año asciende a unos 7 billones de pesos (2.545 millones de euros). Aunque loable, el proyecto de paz del Gobierno Santos tiene unos críticos objetivos sobre lo que deberá hacerse para consolidarla en los frentes de salud, educación, reducción de la pobreza y políticas para contrarrestar el atraso del campo; y otros mucho más radicales, encabezados por el expresidente Álvaro Uribe, antiguo jefe de Santos, que no le encuentran absolutamente nada bueno a estas negociaciones. Los datos de la economía Colombia ha destacado en los últimos cinco años por un crecimiento sostenido, al tiempo que ha logrado el nada fácil objetivo de estar entre las tres economías más prósperas de América Latina y ser uno de los principales destinos de la inversión extranjera en la región. Y, como les ha ocurrido sin excepción a los países altamente dependientes de las exportaciones de petróleo, en Colombia el descuadre de las cuentas fiscales por cuenta de esta coyuntura ha hecho que las autoridades económicas revisen las principales metas. Así, de un crecimiento del 4,6 por ciento en 2014, este año la previsión oficial es del 3,2 por ciento, aunque analistas privados no descartan que sea del 3 por ciento. La inflación tampoco se ha ajustado a los pronósticos. Si bien el banco central se había fijado un rango entre el 2 y el 4 por ciento, en lo que va de año los precios crecieron un 2,95 por ciento, mientras en los últimos doce meses a abril ese registro llegó al 4,64 por ciento, un dato que ya supera con creces la meta del emisor. El desempleo se mantuvo en abril en el 8,9 por ciento, cifra inferior en 0,8 por ciento a la que se registraba en igual periodo de 2014. A nivel nacional, en marzo de 2015 hubo 21,7 millones de personas ocupadas, 854.000 más que en el mismo mes del año anterior. Las exportaciones ratifican la dependencia del sector de hidrocarburos e industrias extractivas; en el primer trimestre de 2015 las ventas colombianas a otros países cayeron un 30,2 por ciento con relación al mismo periodo de 2014. Ello debido especialmente a la caída del 42,6 por ciento en las ventas externas del grupo combustibles y productos de las industrias extractivas, de 46,1 por ciento. Finalmente, con respecto al tipo de cambio los meses corridos de este 2015 han presentado un dólar con una fuerte volatilidad. ANIF, el principal centro de pensamiento económico del país, estima que en 2015 tendremos una devaluación entre el 15 y el 20 por ciento, lo que pudiera poner al peso colombiano como una de las monedas más desvalorizadas en la región. Un oportuno balance En medio de las esperanzas de paz y el comportamiento de los fundamentales de la economía, el presidente Santos presentó recientemente un balance donde destaca el impacto de sus políticas sociales. "Subimos de 2,4 millones a 2,7 millones de familias protegidas y cubiertas por el plan Más Familias en Acción", resaltó, al referirse a este programa de asistencia a los más pobres. "Nos pusimos una meta de 120.000 jóvenes que el SENA (un centro de formación práctica) iba a capacitar. Hoy están más de 209.000 bachilleres que pertenecen al programa que les va a permitir tener un empleo", dijo el jefe del Estado. El presidente destacó que se han creado 2,7 millones de empleos desde agosto de 2010 hasta hoy. En los últimos cinco años, se ha reducido la pobreza en 4,4 millones de personas, indicó el presidente, y recordó que Colombia dejó de ser el segundo país más desigual de América Latina después de Haití. En el sector de vivienda, Santos hizo énfasis en el programa de viviendas gratis para las familias más vulnerables. "Nos pusimos un millón de viviendas como meta y la cumplimos con creces", destacó. El presidente detalló que a éstos se suma el acceso a los servicios públicos esenciales: 3,6 millones de colombianos más cuentan hoy con agua potable y 3,9 millones adicionales en estos cuatro años, con servicio de alcantarillado. En tanto que 2 millones más con gas natural y 145.000 campesinos en las zonas más remotas con electricidad que antes no tenían. Otro de los aspectos que destacó el jefe de Estado fue el gran crecimiento en el uso de las nuevas tecnologías. "Nos propusimos aumentar el número de colombianos con acceso a internet, a la banda ancha. Nos habíamos puesto que la meta era de 8,8 y ya vamos en 10. Cerramos el año 2014 en 10 millones de familias que tienen acceso a internet y seguimos aumentando", dijo. Indicó también que se han construido 7.621 kioscos de era digital y se han repartido más de 2 millones de computadoras y tabletas, sobre todo en los estratos más bajos. "Tenemos el 96 por ciento de los municipios conectados con fibra óptica", sostuvo, y agregó: "Al resto, los estamos conectando vía satélite. Son, en materia de hogares, 33 por ciento más de lo que teníamos en el año 2010", añade el mandatario. La educación, dijo el presidente Santos, es uno de los pilares de la política del Gobierno nacional. Así, hay importantes avances del primer Plan Nacional de Desarrollo. "Decretamos la gratuidad en los colegios púbicos del grado cero hasta el grado 11. Fuera de eso, muchas mamás, muchas familias, me decían: qué maravilla que nos den educación gratis, pero no tenemos ni siquiera para comprar los libros que nos recomiendan", manifestó el jefe del Estado. En la agricultura, el Gobierno Nacional también ha acometido importantes avances que han mejorado las condiciones de las familias en el campo colombiano. "Se crearon cerca de 255.000 nuevos empleos en la zona rural, se repartieron créditos por más de 16 billones de pesos. Y el 93 por ciento, es algo muy importante, para los pequeños agricultores", según informó el presidente.