La inmobiliaria necesita hoy el respaldo del 75% de los acreedores para salvarseMartinsa se enfrenta hoy a la liquidación sin el respaldo de la banca. La inmobiliaria, que preside Fernando Martín, necesita el apoyo del 75 por ciento de los acreedores para evitar la quiebra, pero fuentes del sector financiero aseguran que no va a lograrse ese porcentaje. El grupo contaba ayer con el visto bueno de la banca extranjera, de las entidades minorista y también de la mayoría de los pequeños acreedores que no son entidades financieras, según explicaron a este periódico fuentes cercanas a la inmobiliaria. Sin embargo, la situación de la compañía pende de un hilo, pues hasta hoy mismo no se conocerá la posición de cuatro de los principales bancos, que juntos acumulan el 55 por ciento del pasivo, que en total asciende a unos 3.500 millones. La Sareb tiene el 21 por ciento de la deuda, por detrás está Caixabank con el 16 por ciento, mientras que Abanca y el Popular tienen una participación que ronda el 9 por ciento cada uno. De este modo, la palabra decisiva será de la Sareb -que celebró ayer el consejo ordinario de este mes- y de Caixabank. Si una de las dos no apoya la propuesta de convenio que Martín presentó el pasado 30 de diciembre el grupo irá a liquidación. Las negociaciones entre la compañía y la banca han sido continuas, sin embargo, nunca han logrado llegar a un acuerdo ya que la banca no estaba dispuesta a aceptar quitas tan altas, por eso Martín presentó su modificación del convenio ante el juez sin contar con el apoyo de las entidades. En los últimos días las conversaciones con los principales acreedores se han vuelto a intensificar En su última propuesta, Martinsa ofreció a los bancos tomar hasta un 70 por ciento del capital mediante capitalización de deuda, y solucionar el otro 30 por ciento del pasivo mediante un canje de activos. A la situación complicada que atravisa la compañía, se suma la reciente sentencia del Tribunal Supremo, que rechazó la reclamación de 1.500 millones de euros que la compañía había planteado a los antiguos gestores de Fadesa. Según las entidades, esto compromete aún más la viabilidad de la compañía, ya que tendrá que asumir unas costas de unos 50 millones.