No podrá adquirir más títulos del país hasta que no venza una parte de los que ya tieneUna de las claves de la reunión del Banco Central Europeo (BCE) de la semana pasada era conocer qué tipo de activos compraría y si dejaría fuera de este programa histórico a los países rescatados. El presidente de la entidad, Mario Draghi, dejó claro que no sería así, que la política monetaria llegará a todos los miembros de la entidad. Pero no será sin condiciones, la compra de deuda de Grecia y de Chipre, los dos países que están bajo el programa de rescate, estará condicionada a que cumplan los objetivos fiscales de la troika. Esto es, mantendrá los mismos criterios que los aplicados con el programa de compra de cédulas hipotecarias (CBPP3) aprobado en octubre. El BCE empezará a comprar deuda en el mercado secundario a partir de marzo, pero en el caso de Grecia, retrasará esta decisión hasta julio, eso sí, por cuestiones técnicas. La institución impuso dos límites a la adquisición de bonos para no monopolizar el mercado: no podrá comprar más del 25 por ciento de una emisión y el 33 por ciento de un mismo emisor. Oficialmente, esta decisión no tiene ningún trasfondo político, pero sí que permite al BCE esperar a conocer el resultado de las elecciones de Grecia del domingo y, además, tiene unos meses para comprobar cuáles son las políticas que adopta el nuevo Gobierno del país. El BCE ya tiene en su balance este límite del 33 por ciento de la deuda de un emisor y, como Grecia no tiene acceso a los mercados, este porcentaje no se reducirá hasta que el país no vaya repagando algunos de estos títulos. El BCE tiene tanta deuda helena principalmente por el Programa para los Mercados de Valores (SMP, por sus siglas en inglés) con el que compró bonos soberanos de los países periféricos entre mayo de 2010 y febrero de 2012. De Grecia llegó a adquirir casi 35.000 millones de euros, más de un 15 por ciento de su deuda en emisión. A esto, hay que añadir las participaciones del BCE en los programas de rescate como parte de la troika, junto con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional. En definitiva, hasta que Atenas no vaya amortizando algunos de estos activos, el BCE no podrá comprar más. Según los datos recopilados por Bloomberg, Grecia tiene por delante el vencimiento de 18.000 millones de euros durante los próximos seis meses, y en agosto tendrá que desembolsar un extra de 3.000 millones. En cualquier caso, el límite sobre el 33 por ciento de la deuda de cada emisor significa que el BCE no aumentará en ningún momento su cartera de bonos griegos, en todo caso, repondrá los vencimientos con nuevas compras. ¿Quién asume los riesgos? Otro punto importante es quién asume los riesgos de impago de estos bonos. Solo el 8 por ciento de la deuda de cada país la comprará directamente el BCE, por lo que es el máximo del riesgo que asume. Sin embargo, el 80 por ciento de las compras restantes las realizarán los bancos centrales nacionales bajo el sistema de pagos del eurosistema Target2. Con este sistema, si un banco central nacional tiene pérdidas, anota este pasivo (liability) en el sistema de pagos. En el caso de que no tenga capital suficiente para cubrir estas pérdidas y realizar el pago a sus socios europeos, serán estos quienes asuman el default.