Lanzará una estrategia a largo plazo para aumentar la producción agrícolaPEKÍN. El G-8 afronta el reto de combatir la crisis económica mundial. Los ocho países más ricos del mundo se reúnen desde hoy y durante tres días en la isla japonesa de Hokkaido con el claro objetivo de adoptar, de forma urgente, medidas específicas que sirvan para reducir como sea los precios del petróleo y los alimentos. En esa línea se manifestaron ayer, al menos, el presidente estadounidense, George Bush, y el primer ministro japonés, Yasuo Fukuda, en una rueda de prensa conjunta previa a la cumbre. El anfitrión y responsable del Gobierno nipón alertó acerca de la imparable escalada de los precios del petróleo y de los alimentos que, en su opinión, "está teniendo un efecto negativo en la economía mundial". Bush culpó al precio actual del oro negro para justificar que la economía estadounidense "no esté creciendo tan robustamente como querríamos", dijo. Los líderes de las dos principales economías del planeta coincidieron en apuntar que "es necesario realizar esfuerzos rápidos en estos frentes". Pero no será nada fácil dar con las recetas adecuadas. Adiós de Bush De entrada, porque la última cumbre del G-8 a la que asiste George Bush -antes de ceder el poder el próximo mes de enero- acontece en un momento coyuntural extremadamente delicado. En la última cita del G-8, hace tan sólo un año, la economía de Estados Unidos se mostraba sólida, la inflación parecía bajo control y el petróleo estaba a 70 dólares por barril. Ni siquiera había estallado la crisis de las hipotecas basura. Un año después, el precio del petróleo se ha duplicado y el crecimiento se ha estancado a la vez que se ha disparado la inflación. En ese contexto, las autoridades monetarias se ven en la tesitura de tener que aumentar los tipos de interés en un momento de fuerte desaceleración económica, tal cual hizo la semana pasada el Banco Central Europeo. Al mismo tiempo, el G-8 prevé adoptar medidas para "aliviar a corto plazo la crisis alimentaria y lanzar una estrategia a largo plazo para aumentar la producción agrícola mundial", declaró la canciller alemana, Angela Merkel. Esas medidas estarían destinadas a aumentar la productividad agrícola en los países en desarrollo, proporcionando semillas y abono, e incluso se plantea el levantamiento de restricciones a la exportación. La prensa japonesa asegura que el G-8 accederá a crear un sistema de reservas de alimentos. No en vano, el aumento del precios de los alimentos ha arrastrado a unos 100 millones de personas a vivir por debajo del umbral de la pobreza, según el Banco Mundial.