Sólo el ahorro en depósitos y menos provisiones compensa la caída de ingresosLa banca no consigue empujar el negocio tradicional en España para mejorar sus cuentas. El conjunto de bancos, cajas y cooperativas de crédito ganaron 8.332 millones de euros entre enero y septiembre en el mercado doméstico, y ello supone un aumento interanual del 41,56 por ciento. Pero cuando se baja la lupa a las distintas partidas que lo cocinan y se repara en la evolución, el diagnóstico es que se continúa adoleciendo de debilidad. Según los datos del Banco de España, el beneficio languideció en el tercer trimestre: ascendió a 1.753 millones, que es la menor cuantía desde que el sector remontó los números rojos con una ganancia de 621 millones entre enero y marzo de 2013. La principal fragilidad son los ingresos del negocio tradicional, cuyo arranque se resiste pese a los renovados esfuerzos por reactivar el crédito y comercializar productos generadores de comisiones. La recaudación por productos financieros ha sido incapaz aún de romper la racha descendente iniciada en 2011. Aportó 13.478 millones en el tercer trimestre, lo que implica una caída del 2,68 por ciento intertrimestral y del 13,17 por ciento en comparativa interanual. Flaquean los ingresos Con la crisis en pleno apogeo, la banca realizó un uso intensivo de la venta de deuda, filiales y activos para mitigar los ingresos descendientes y atender con extraordinarios los gigantescos saneamientos. En los últimos tres meses su aportación se desploma: el rendimiento por operaciones en las carteras de inversión suma 4.951 millones, casi la mitad de lo que venían recaudando. Si el principal arma para resistir al fuerte drenaje impreso por la sangría de la mora ha sido en los últimos años hacer plusvalías, el ahorro es ahora el catalizador casi exclusivo a través de varias partidas. Por un lado, el armisticio en la guerra del pasivo ha permitido a las entidades economizar 8.016 millones de enero a septiembre o el 27,03 por ciento de los costes financieros -caen a plomo de 29.655 a 21.639 millones, gracias al radical abaratamiento de los depósitos, cuyas rentabilidades se desploman del 1,73 al 0,74 por ciento-. Su contribución es superior, incluso, al alivio en la carga en limpieza del ladrillo. Las provisiones y pérdidas por deterioros de activos minoran en 6.921 millones: la factura de saneamiento ha sido de apenas 13.762 millones, frente a 20.683 millones dedicados a cubrir activos dañados e impagos de enero a septiembre del año pasado. Ahorro de 15.530 millones El tercer y último gran capítulo que ayuda, consumiendo menos recursos, son los gastos de explotación: pasan de 20.086 a 19.493 millones de euros -retrocede un 2,97 por ciento o en 593 millones-. Con los tres ajustes, se ahorran 15.530 millones. La reapertura del crédito, sobre todo a pymes y consumo, y de manera más selectiva también las hipotecas, responde a la necesidad de remontar la situación y dar gas a los famélicos ingresos. Pero el sector no oculta que, con la floja recuperación económica, la mejora de la rentabilidad vendrá durante un tiempo de continuar con la tijera en los costes. La reestructuración de la red, con cierre de sucursales, está incompleta y confían en bajar la losa en provisiones. Más difícil se perfila volver a cosechar los ahorros ya logrados abaratando los depósitos bancarios, cuando muchos ejecutivos del sector creen que su retribución está próxima a tocar suelo.