La industria siderúrgica española ha encendido la luz de alarma con unos precios de la energía en máximos del año, por encima de los 70 euros el megavatio/hora, y grandes incógnitas sobre los costes para el próximo año. Su presidente, Gonzalo Urquijo, lanza un aviso para navegantes: la incertidumbre para el sector es demoledora y puede tener como consecuencia el paro de la actividad de algunas factorías. ¿Con los precios de la energía de estos días han pensado, como el año pasado, parar alguna planta? Si es un sólo día no, pero como estos precios persistan no va a haber más remedio que parar plantas. Y es una pena porque tenemos factorías muy eficientes capaces de sobrevivir exportando entre el 80 y el 85 por ciento de su producción y por el coste energético podrían presentarse nuevos EREs en el sector, lo que redunda en pérdidas para la economía del país. El futuro sistema de subastas ha sido criticado porque a las grandes compañías les da mayor tranquilidad ¿es cierto? No tenemos ninguna tranquilidad porque no sabemos como van a funcionar estas subastas. Son diabólicas porque se realizan a la baja y no conocemos como va a ser la retribución. En otoño es época de elaborar los presupuestos del año siguiente y no podemos prever cuál será el coste eléctrico, uno de los costes esenciales de la industria siderúrgica. Es una cuestión de incertidumbre total y absoluta. Es demoledora. ¿Qué recortes puede suponer? Es que no lo sabemos. Ese es el drama. Nos podemos convertir en la energía más cara de Europa. E, insisto, ello supone más cierres de plantas y más paro. Las renovables se quejan de que el sistema de interrumpibilidad se utiliza poco, pero todos los años se paga a los grandes consumidores 550 millones de euros... Igual que usted asegura su coche ¿quién le asegura el sistema si mañana hay una ola de frío o de calor? La interrumpibilidad es un servicio que se debe retribuir y que en el pasado ha supuesto que muchos ciudadanos hayan podido conservar la electricidad en casa. Al final, lo que se quiere es un coste competitivo del megavatio/hora, sea con interrumpibilidad o sea con otros mecanismos que lo reduzcan. ¿La reforma del gas puede ser otro problema para el sector? Es muy importante para el sector porque puede ser otro factor de incertidumbre y pérdida de competitividad. Lo que no queremos es que pase como en el pasado, que el déficit de tarifa se le acabe imputando a los consumidores. Lo que ocurra entre el Gobierno y ACS no es nuestro problema, pero tampoco se nos puede repercutir. Pero en la práctica es lo que se va a hacer. Se va a cargar al sistema... Pues si se carga al sistema al final lo que vamos a hacer es cargarnos la industria. El Castor no debemos de pagarlo nosotros de ninguna de las maneras. Yo no sé de quién son las responsabilidades, pero debería pagarlo el que lo ha hecho. ¿Qué papel tendrá Miguel Arias Cañete como nuevo Comisario de Energía y Cambio Climático? Esperamos que le vaya bien. En sus anteriores puestos realizó una gran labor y creemos que los cometidos que ahora se le asignan son fundamentales para la industria. Tiene mucho sentido haber unido los sectores de la energía y del cambio climático en un solo comisario. ¿Han planteado a Industria realizar un cambio profundo de la ley del sector eléctrico? Hemos tenido varias reuniones con el Ministerio y entendemos que su posición no es sencilla en la cuestión energética, pero le hemos transmitido nuestra posición de manera muy clara en cuestiones como cuál es el precio que están recibiendo los propios asociados de Unesid fuera de España. Les hemos contado lo que están haciendo otros países para que no pierda competitividad su industria siderúrgica. ¿Qué porcentaje de media pueden ser los precios más baratos para los socios de Unesid que operan fuera de España? Depende. Es muy difícil. Hay países muy competitivos como Francia. España también tiene otro problema añadido: que es una isla energética. Algo que debe romperse de una vez por todas y que acabe esta situación de oligopolio eléctrico. Si alguien compra acero puede elegir a nuestros asociados de Unesid o a empresas europeas y chinas. A lo largo del año, el precio de la energía ha caído el 23 por ciento en nueve meses, ¿no se ha notado en las cuentas? El primer semestre ha sido bueno, pero el segundo es una incertidumbre. El tercer trimestre ya ha sido difícil y nos estamos metiendo en un cuarto que puede ser aún más complicado. Hay que esperar a que finalice el año para ver la media, pero no podemos estar a expensas de si llueve más o menos o de si hace viento. Y para el año que viene ¿qué hacemos? ¿Ha hecho la industria siderúrgica los deberes para salir de la crisis? Sí. Antes de la crisis ya era eficiente y siguió haciendo los deberes tras afectar la caída de las inversiones por el impacto del desplome de la construcción. Lamentablemente se ha tenido que cerrar alguna fábrica pero la eficiencia ha mejorado porque al reducirse el consumo en España los productos largos se han exportado en la mayor parte de su producción.