Sus primeros ejecutivos están convencidos de que la crisis del sector empieza a remitir madrid. Crisis es una palabra que generalmente asusta, pero dados los resultados de los últimos ejercicios de General Motors y Ford, su situación se podía calificar de crítica. Sin embargo parece que las cosas empiezan a cambiar, o así lo aseguran los principales directivos de las dos compañías. General Motors respondía en el marco del Salón del Automóvil de Nueva York a los más críticos de Wall Street en relación a su situación financiera, teniendo en cuenta que en el último año esta compañía perdió más de 10.000 millones de dólares.Bob Lutz, vicepresidente de la compañía automovilística más grande del mundo afirma que quien hace estas críticas no es consciente de lo que actualmente está pasando en el mercado, según declaraciones recogidas por la prensa local.Lutz asegura que la posibilidad de que General Motors se declare en quiebra está fuera de lugar, y confirma su apoyo al presidente, Rick Wagoner.General Motors vende actualmente casi un 24 por ciento de los coches nuevos que se colocan en el mercado estadounidense, cuando diez años antes esta cifra superaba el 30 por ciento.Lutz afirma que la compañía se va a concentrar en unos clientes "de calidad", es decir, que paguen el precio del automóvil, sin descuentos, aunque sea con menos mercado en sus manos.Ford, por su parte, constata que la caída de sus ventas es cada vez menor. Mark Fields, responsable de las operaciones de Ford en América, destaca que la caída de sus ventas se ha reducido a la mitad, acorde con las previsiones de su plan de reestructuración para este año. Fields, que ve esta etapa como un primer paso, espera que la compañía siga evolucionando y recupere la rentabilidad.