Santander UK atrae ya al mayor número de clientes en Reino Unido que cambian de entidadLa planeada sucesión de Emilio Botín al frente del Santander deja a la rama británica huérfana de una de las ejecutivas más respetadas de la City. En los casi cuatro años que ha manejado el timón de Santander UK, una entidad con problemas derivados de las tres firmas que le habían dado forma, Ana Botín ha pasado a integrarse en el quinteto de oro de la banca británica. Su salida para tomar el relevo de su padre ha permitido constatar la consideración labrada en un desafiante contexto, en el que tuvo que combinar la reconstrucción de la reputación de la filial británica con el endurecimiento del armazón regulatorio. Cuando se mudó a Londres para sustituir a Antonio Horta-Osório, uno de los grandes protegidos de su padre, Ana Botín heredó una institución en dificultades. Junto a la obligación de los reguladores de reforzar las reservas de capital, la nueva consejera delegada encontró las consecuencias de una difícil apuesta estratégica de su antecesor. Antes de dar el salto al parcialmente nacionalizado Lloyds, Horta-Osorio se había embarcado en una complicada operación de bonos que apostaban por una caída de intereses. A pesar del relativo resultado obtenido, una vez los bonos maduraron, la actuación del banco sufrió notablemente. Las circunstancias pusieron a prueba la capacidad de Ana Botín para hacer frente a la tormenta. Al tiempo que tenía que aumentar las reservas de capital, decidió reducir la cartera de préstamos hipotecarios de sólo interés, más arriesgados, a pesar del impacto sobre los ingresos. Los desafíos que marcaron su aterrizaje en la City afectaron a la partida de intereses, a beneficios brutos, ingresos por préstamos y depósitos y al valor de mercado, que cayeron entre 2010 y 2013 y la prevista salida a bolsa ha tenido que retrasarse de nuevo. La evolución, sin embargo, no cuestiona la pericia de la nueva presidenta de la entidad, sino el tamaño de las dificultades de Santander UK cuando tomó posesión. Con su traslado a España deja una organización notablemente reforzada y con un claro potencial para continuar creciendo. Elogios del Gobierno Esta conclusión es ampliamente compartida por el sector, así como por el Gobierno. Cuando se anunció su marcha, el ministro del Tesoro elogió el "liderazgo fuerte y estable" que había impregnado al banco durante un período "vital" de la economía británica y su "valioso" compromiso para apoyar el préstamo empresarial. La percepción general en Reino Unido coincide en el "seguro par de manos" que Ana Botín, como se la conoce más habitualmente en tierras británicas, tiene para el mando. A su llegada en 2010, su trayectoria había desterrado ya el estigma de "la hija de" y su período en Londres no hizo más que reforzar su perfil, tanto por su capacidad de gestión, como por su visión estratégica y su pulcritud en las prácticas gobernativas. El Financial Times decía la semana pasada que "es difícil encontrar a alguien con una mala palabra" sobre ella. Uno de sus grandes éxitos ha sido la Cuenta 123, un modelo que, por una tarifa mensual de 2 libras, devuelve dinero a los clientes por diferentes transacciones. Su logro queda de manifiesto en la marea de clientes que han transferido sus cuentas al Santander UK. En los primeros ocho meses desde que se activase el Servicio de Cambio de Cuentas Corrientes, que aspira a facilitar al máximo el cambio de banco, más de 200.000 clientes eligieron el Santander. Datos de la consultora TNS muestra que atrajo a más que cualquier otro, uno de cada cuatro y, según varias encuestas, el catalizador fue la Cuenta 123, promovida en marzo de 2012: casi el 90 por ciento de los que se han ido al Santander desde septiembre ha abierto una de estas cuentas. El triunfo ha llevado a modificar la percepción de la entidad en Reino Unido, un giro que los analistas atribuyen sobre todo al espíritu imbuido por la nueva presidenta del Santander.