La venta de Colonial a Inmocaral por parte de La Caixa obliga al gestor a "buscar empleo"Afirmaba el economista estadounidense de origen noruego Thorstein Veblen, en su Teoría de la Clase Ociosa, que para ganar y conservar la estima de los hombres no basta con poseer riqueza y poder. Éstos tienen que demostrarse con trabajo y humildad, porque la estima sólo se logra ante su evidencia. Alfonso Cortina de Alcocer (Madrid, 1944) es uno de esos multimillonarios que ha conseguido poder gracias a contactos familiares y al apoyo de un mundo político ligado a la cúpula financiera de este país. En las próximas semanas, Cortina presentará su dimisión como presidente no ejecutivo de Colonial, la inmobiliaria de La Caixa, que pasará a manos de Inmocaral cuando se complete la operación de venta, en la que el empresario sevillano Luis Portillo pagará 7.000 millones de euros. Cortina dejará de ocupar el cargo "testimonial" de presidente no ejecutivo en Colonial después de que La Caixa le relevara en la presidencia de Repsol YPF por Antonio Brufau el 27 de octubre de 2004. Después de pasar por Repsol y Colonial, ¿cuál será el destino de Alfonso Cortina? Unos le posicionan en alguna empresa de la cartera industrial de La Caixa, aunque recalar en una participada parece poco probable por la "tensa relación" entre Cortina y Ricardo Fornesa, presidente de la caja, después de que éste le destronara de Repsol en favor del ex director general de La Caixa, Antoni Brufau. Otros ubican a Cortina en una consultora multinacional con sede en Madrid. Lo cierto es que Cortina amasará mucho dinero tras pasar por Repsol y Colonial, ambas participadas por La Caixa. En Repsol se llevó 19 millones de euros en concepto de indemnización, siete veces más que su sueldo. Cortina es como Juan Villalonga o Rodolfo Martín Villa, uno de los gestores a los que el Gobierno ha confiado la dirección de una empresa privatizada. A él le tocó Repsol después de Óscar Fanjul en 1996, con el primer Gobierno del PP. Aquel año, Cortina carecía de toda experiencia profesional en el sector del petróleo. Sin embargo, en tres años situó a la petrolera en la décima del mundo con una capitalización de 15.000 millones de euros. Su padre, Pedro Cortina Mauri, fue ministro de Exteriores durante el Gobierno de Arias Navarro en dictadura. Tras la política, Cortina se ha refugiado en la familia para forjar su trayectoria profesional. En concreto en Alberto Cortina su hermano y en Alberto Alcocer, primo de ambos. Durante la década de los ochenta, ellos le propusieron incorporarse a Construcciones y Contratas, el imperio de Alicia y Esther Koplowitz. También de la mano de los Albertos, Cortina se incorporó al consejo del antiguo Banco Central, presidido entonces por Alfonso Escámez. Tras la ruptura matrimonial entre los Albertos y las Koplowitz, Cortina impulsó fusiones en Portland Valderrivas. En 1994, se topó con el escándalo que comprometía a los acreedores de las Torres KIO, en Madrid. FCC, Caja Madrid, Banco Central Hispano y Abengoa le encargaron buscar una solución antes de recolocarse. Ahora, La Caixa coloca a Cortina de nuevo en el mercado. Queda por saber si recalará otra vez en el negocio inmobiliario para manterner su ansia de poder.