Esta semana, Jean-Laurent ha firmado con las autoridades estadounidense el peor documento para BNP Paribas, el banco que dirige. Se trata de la mayor multa impuesta a una entidades extranjera por parte de EEUU (8.900 millones de dólares). El directivo reconoce los errores cometidos, pero se muestra confiado sobre el futuro del banco, gracias a la liquidez y solvencia que presenta. Tras varios meses de difíciles negociaciones, acaba de firmar un acuerdo con la justicia americana. ¿Cómo ha vivido este episodio a título personal? Con un solo objetivo en el punto de mira: asumir nuestras responsabilidades y asegurar el futuro de esta empresa, compuesta por 180.000 personas al servicio de 25 millones de clientes. Y con determinación y pragmatismo. ¿Qué es lo que ha resultado más complicado en el proceso? En un periodo de fuerte incertidumbre, es esencial tranquilizar a los colaboradores con respecto a la capacidad del banco para gestionar la situación. Para que, por su parte, puedan movilizarse al servicio de su cliente. Entiendo que esto no es fácil para los equipos. Sobre todo cuando no es posible transmitir todo lo que desearíamos. Me gustaría agradecerles su formidable apoyo y su gran compromiso. Aun así, el golpe es fuerte internamente. ¿Cuáles son los sentimientos que predominan? ¿La humillación, la ira...? No creo que existan sentimientos de humillación ni de ira. Ha sido una sorpresa, por supuesto, y, sobre todo, una decepción, que un evento de esta naturaleza pueda ocurrir en BNP Paribas. Es preciso, por tanto, aprender bien la lección. ¿Qué lecciones han aprendido desde ese momento? Reforzar aún más nuestros controles aprendiendo de estos funcionamientos incorrectos. Para ello, hemos establecido en Nueva York una plataforma encargada específicamente de la seguridad financiera del grupo y de la actividad de pagos y compensaciones en dólares. Porque una de las lecciones de este asunto es que no habíamos visto cambiar tan rápidamente la jurisprudencia americana en materia de embargos. Las personas que se encuentran aquí pueden comprender mejor cuándo y cómo evoluciona la situación en este punto. En general, es preciso que consigamos integrar aún más el universo de la conformidad y del aspecto jurídico dentro del grupo. Para que las cosas estén perfectamente plasmadas por escrito y comprendidas. Al final, este episodio tan doloroso nos permitirá hacernos más fuertes. El importe de la multa y el tipo de las sanciones parece no obstante demasiado importante… No intento minimizar el impacto financiero, que es enorme. 9.000 millones de dólares es una sanción considerable. Seamos claros, el banco hubiera podido reinvertir este dinero en la empresa o distribuirlo entre los accionistas. Vuelvo a repetir, somos sólidos en el plano financiero. Pero no obstante un grupo como BNP Paribas puede hacer frente a este golpe sin recurrir al mercado, a una oferta de capital. Concretamente, ¿cuáles serán las consecuencias para los colaboradores y los clientes del grupo? Las personas que debían ser sancionadas ya lo han sido. En cuanto a las demás, no habrá repercusión en sus remuneraciones, su participación en beneficios o en la gestión solidaria del empleo. En cuanto a los clientes, particulares o empresas, ya hemos empezado a ponernos en contacto con ellos para explicarles que, por supuesto, nada de esto tendrá un impacto en ellos: ni subida de nuestras tarifas ni menor voluntad de dar crédito. Recordándoles que la total seguridad de sus activos es evidente. Somos transparentes y las cosas se están haciendo bien. ¿La sentencia acordada podría hacerle perder su licencia en determinados países? No, creemos que no. BNP Paribas conservará sus licencias en el marco de este acuerdo. La Autoridad de Control Prudencial y Regulación nos ayudará a ello. En esta fase, no tengo conocimiento de ninguna manifestación de inquietud especial. ¿Cómo evalúa el riesgo de su reputación? Reconocemos nuestros errores, no los esquivamos, los lamentamos, es preciso ser muy claros sobre este tema. Estos problemas no debieran haber ocurrido en BNP Paribas. Es preciso adoptar medidas para que esto no vuelva a suceder y consagrar todo nuestro esfuerzo a servir a nuestros clientes. Si hacemos un trabajo de transparencia con honestidad, los clientes estarán dispuestos a pasar página. Lo cual no quiere decir que olviden. Este suceso permanecerá en la historia del grupo y deberemos recordarlo durante mucho tiempo. ¿Esta sanción tendrá un impacto en la financiación de la economía? No. Podemos tranquilizar a todos nuestros clientes, las grandes empresas, las pymes o los particulares. Queremos demostrar con hechos que estamos aquí. El lunes, antes de firmar el acuerdo, estuve siete horas con clientes. Para nosotros, tras semanas de silencio forzoso, es el momento de responder a todas las preguntas, incluso a las que incomodan. Precisamente, el escrito de acusación de los fiscales americanos es severo. ¿Cómo es posible que no hayan sonado las alarmas, que estos hechos no hayan trascendido a la dirección del grupo? En 2007, Baudouin Prot, director general, adoptó a partir del mes de junio las medidas de prohibición que se imponían. En esta historia ha habido comportamientos individuales delictivos, personas que no han respetado las reglas. Pero ha habido también incumplimientos colectivos. El banco careció claramente de reactividad y de eficacia una vez que los problemas fueron identificados. Por este motivo ¿la filial de Ginebra se había convertido en un «Estado dentro del Estado» muy difícil de controlar? En cualquier caso, era demasiado autónoma. Los dispositivos de control no fueron suficientes ni adecuados para un entorno que evolucionaba en materia de jurisprudencia. En el caso de los embargos, la manera en que el tema debía ser considerado ha cambiado. Nuestra filial en Ginebra no tuvo conciencia de ello. Sin duda a causa de un fenómeno de habituación. Sin duda también porque los equipos no habían sido suficientemente renovados. Han vivido demasiado tiempo sin contacto con el exterior. ¿Cuándo tuvo conciencia de la importancia de las sanciones en juego? La investigación ha durado cuatro años, a partir de finales de 2009. Ha sido larga, ya que somos uno de los dos primeros grupos mundiales en el comercio internacional. Se ha pasado revista a la totalidad del grupo. En diciembre del pasado año, presentamos nuestras conclusiones a las autoridades americanas. A continuación, realizamos una provisión de 1.100 millones de dólares, que nos pareció coherente con el conjunto de situaciones a las que podíamos enfrentarnos. Claramente, la lectura de los acontecimientos por las autoridades americanas fue diferente. La gravedad de las sanciones da fe del cambio de entorno al que estamos sometidos desde entonces. Es la era de la tolerancia cero para nuestra industria. Los bancos deben pasar por esta fase para purgar el pasado de manera visible, tanto de cara a la opinión pública como a los reguladores. ¿Ha sido eficaz la intervención del poder ejecutivo francés en este asunto? El ministro de Finanzas, Michel Sapin, encontró la fórmula adecuada: solicitó que las sanciones castigaran el pasado, pero protegieran el futuro. El acuerdo, al final, se corresponde con esta situación. Para los equipos y los clientes, esta forma de apoyo y de tranquilización por parte de las autoridades públicas, francesas y europeas, fue importante. ¿Qué apartado de su actividad se ha visto afectado por la suspensión del derecho de compensar transacciones en dólares? La actividad de financiación del comercio «petróleo y gas», en el origen de la práctica totalidad de los problemas, apenas representa el 1 por ciento de la actividad del grupo actualmente. Un nivel en ligera caida desde mediados de los años 2000. En 2015, en lugar de poder realizar nosotros mismos los pagos de procedencia a destino, deberemos encontrar un banco corresponsal para la compensación. Pero esta restricción se limitará esencialmente a algunos centros operacionales de la actividad en cuestión: entre ellos, Ginebra, Singapur y París. Se trata de un handicap operacional que debemos asumir y con el cual cargaremos. Nos aseguraremos de que todos los flujos funcionen para que esta transición resulte lo más fácil posible a nuestros clientes. Esto supondrá un coste de varias decenas de millones de euros para el banco. Libor, Euribor, Forex… los casos se multiplican en los últimos meses en el sector. ¿Temen otras multas? ¡Nunca seré lo bastante prudente! Todos estos casos prueban que el mundo ha cambiado. Este proceso comenzó en 2008, con la crisis financiera. Nos encontramos sin duda en la mitad. Pero este largo periodo es necesario. Corresponde a una nueva generación de bancos y de reguladores. ¿Este caso no alimenta el argumento de que los bancos universales son demasiado grandes para que sus dirigentes controlen todo lo que ocurre en ellos? No lo creo. No hay más incidentes en el sector bancario que en otras industrias. Sean cuales fueren los sectores de actividad, la complejidad ha crecido en todos los niveles al igual que aumentan cada día las exigencias en términos de seguridad. En este contexto, los bancos no son demasiado grandes, al contrario, es preciso un mínimo de diversificación geográfica y de las actividades que hacemos para poder hacerlo frente. ¿Este caso modificará la manera de dirigir la banca? Este suceso ha reforzado mi convicción de que la seguridad es un tema prioritario para las entidades bancarias y de que es preciso estar preparado, porque esto será cada vez un poco más difícil. No hay que dar nada por seguro, es preciso dudar siempre y verificar colectivamente. Cuando no se sabe, no se hace. Cuando se tienen dudas, se pregunta. Reforzaremos nuestros equipos de conformidad e instalaremos cada vez más esta cultura. Baudouin Prot estaba al mando del banco en el momento en que se produjeron los hechos. ¿Se ha visto debilitado por este asunto? Baudouin Prot es el presidente de BNP Paribas. Está cualificado para seguir siéndolo y nos ayuda cada día. Aun cuando el golpe sea tan duro para él como para el resto del grupo. ¿En una segunda etapa se producirán diligencias y «sentencias condenatorias» individuales? No está en nuestro orden del día en estos momentos. Lo que firmamos el lunes es un acuerdo entre las autoridades americanas y el banco, persona jurídica. ¿Teme que las sanciones lleven consigo acciones populares? Actualmente, esto no forma parte de los riesgos que a nuestro entender puedan materializarse. Existirá forzosamente un antes y un después de este caso para BNP Paribas. ¿Cómo prevé el banco a partir de ahora? BNP Paribas sigue siendo un banco sólido. Tras el pago de la multa, mostrará un ratio de fondos propios básicos, denominado Core Tier 1 en nuestra jerga financiera, del orden del 10 por ciento, en sintonía con lo que esperan nuestros reguladores. Gozamos de una amplia liquidez. Por tanto, no tengo ninguna inquietud en el plano estrictamente financiero. Por otra parte, los dos últimos meses han demostrado la fuerte cohesión de los equipos en todo el mundo, bien se trate de directivos, colaboradores u organizaciones sindicales. Muchos clientes nos han enviado mensajes de apoyo. Disponemos de todos los elementos para recomenzar con buen pie. Somos una empresa comercial, la fuerte cohesión de los equipos en todo el mundo es esencial. ¿Y en cuanto a su desarrollo? Quiero ser totalmente claro: este suceso no debe influir en nuestra hoja de ruta. Nuestro modelo de banco universal permanece invariable. Y pretendemos respetar totalmente los objetivos anunciados a principios de año con respecto a nuestro plan de crecimiento a tres años. Estados Unidos continúa siendo por supuesto uno de nuestros tres mercados estratégicos prioritarios, junto con Europa y Asia.