Los indicadores de actividad del país asiático arrojan nuevas y mayores dudas debido a la debilidad del sector exterior y al primer impago de una empresa nacional en su historia recienteEl indicador de exportaciones de China publicado el fin de semana pasado abrió la Caja de Pandora para los metales industriales. El sector exterior, el principal motor de la economía del país, comienza a flojear con una intensidad que no se veía desde los peores años de la crisis de los países desarrollados (2008 y 2009). Sus exportaciones cayeron un 18,1 por ciento interanual en febrero, una cifra que ni los analistas más pesimistas esperaban. De los 45 bancos de inversión consultados por Bloomberg, sólo tres esperaban una contracción de este indicador: Goldman Sachs, UBS y Citi, y éste último era el más pesimista con una estimación de caída del 8,5 por ciento. Ni siquiera la mitad del agujero finalmente presentado. La reacción inmediata del mercado ha sido comenzar a replantearse las cifras oficiales de crecimiento. Las autoridades estiman un avance del PIB del 7,5 por ciento (como en 2013), pero los últimos datos macroeconómicos publicados refutan esta visión y trasladan las dudas al sector exportador. Al mismo tiempo, China permitió la semana pasada el primer impago de un empresa del país de su historia reciente, el de Chaori Solar, que cayó en default el viernes, día 7, incapaz de hacer frente al pago de los intereses de su deuda. Por si un susto fuese poco, las autoridades del país suspendieron la cotización de los bonos de otra empresa de energía del país, Baoding Tianwei Baodian Electric, después de presentar pérdidas por segundo año consecutivo y surgir rumores de impago. Los expertos interpretan estos pasos como el inicio de un proceso de demolición controlada del Gobierno chino de las empresas más endeudadas y menos viables. Los males que salieron de la Caja de Pandora cargaron con más fuerza contra los metales industriales. Los malos datos económicos de China, el mayor consumidor de estas materias primas, provocaron un gran movimiento bajista en todas ellas: el cobre perdió casi un 9 por ciento en las últimas seis sesiones (desde el día en el que Chaori Solar incumplió pagos), hasta mínimos de 2010; el zinc se dejó casi un 7 por ciento y el plomo más de un 5,5 por ciento. El metal que más brilla Los metales preciosos, por el contrario, se han visto beneficiados de las dudas del mercado de las últimas sesiones. En su caso, la incertidumbre de China se han unido a un doble vector: el conflicto por la soberanía de Crimea y las dudas en bolsa, lo que ha llevado a los inversores a buscar un refugio para una parte de su cartera y lo han encontrado en estos metales. Son muchos los que dudan de los multiplicadores a los que cotiza el mercado en función de los beneficios generados, lo que les lleva a buscar inversiones más seguras. El oro acumula cinco sesiones consecutivas en positivo y supera ya los 1.370 dólares la onza, niveles que no se veían desde el pasado mes de septiembre. Desde el primero de enero su precio ha aumentado más de un 14 por ciento, mientras que la plata y el platino ganan en torno a un 10 y un 8 por ciento, respectivamente.