Reitera su petición de reducir los dividendos en efectivo para fortalecer el sector El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó ayer su último diagnóstico del sistema financiero español como parte del rescate a la banca de nuestro país. Después de aventurar la semana pasada que el PIB español registrará un crecimiento cero el año que viene, los funcionarios de la entidad exigieron al Ejecutivo que sea "flexible" con la reestructuración bancaria o, de lo contario, el crédito a la economía real "se contraerá más rápido de lo previsto". Desde Washington, Christine Lagarde y sus chicos consideran que si no se eliminan "restricciones innecesarias" y se ayuda a los bancos nacionalizados o que han recibido ayudas públicas a adaptarse al contexto volátil y cambiante de la economía, el resultado se notará en el dinero disponible para empresas y ciudadanos, ya de por sí escaso. De hecho, considera que aquellas entidades incluidas en lo que el Fondo denomina como grupos 1 y 2, es decir, cuyo objetivo es volver a ser viables tras someterse al proceso de reestructuración, podrían ralentizar su proceso de desapalancamiento para garantizar que no generan restricciones innecesarias en la provisión de crédito. En este sentido, explicó que si los bancos del grupo 0, es decir aquellos bancos fuertes o saneados, no son capaces de incrementar su cuota de mercado de préstamos y las entidades de los grupos 1 y 2 "no toman el relevo debido a las limitaciones en sus planes de reestructuración", el crédito a la economía real "se contraerá más rápido de lo previsto". Una tóxica espiral "que desembocaría en un escenario, donde habría que revisar los planes de reestructuración para eliminar cualquier limitación innecesaria en el préstamo, al mismo tiempo que se alivia el ritmo de la devolución de la financiación del BCE", indicó el informe. El FMI pide "flexibilidad" en los planes de reestructuración de los bancos y menos dividendos en efectivo Mayor solvencia Al fin y al cabo, el organismo advirtió que "la incertidumbre macroeconómica sigue siendo alta" por lo que "los bancos podrían enfrentarse a presiones para cumplir con sus ratios de capital" algo que aceleraría la "contracción del crédito". Al respecto, pidió acciones de supervisión para fortalecer la solvencia de las entidades y reducir los riesgos como, por ejemplo, requisitos de emisión de capital, así como restricciones sobre los dividendos en efectivo, "los cuales deben ser fuertemente restringidos dado los riesgos actuales". Entre sus recomendaciones, el FMI pidió a los gestores de la Sareb, comunmente conocido como el banco malo, que asuman suposiciones más "conservadoras de los precios inmobiliarios" además de aplicar "rigurosamente las normas para evitar conflictos de interés". Según la institución, puesto que los precios de la vivienda continúan ajustándose a la baja, el banco malo debería ajustar también sus proyecciones. De este modo, la Sareb debería ajustar su estrategia de negocio basada en unos precios del sector inmobiliario más realistas y "conservadores". El Fondo apuntó que se han hecho "grandes avances" en la reparación de los balances bancarios. Por otro lado, y de acuerdo con el informe del FMI, los esfuerzos realizados para eliminar los atrasos del sector público son bienvenidos y deben fomentarse, ya que promueven la estabilidad financiera ayudando a la solvencia de los proveedores y la reducción de los préstamos en mora.