Altadis, tabaquera integrada en Imperial Tobacco, confirmó ayer los peores augurios que llevaban días rondando la planta productiva que tiene en la zona franca de Cádiz, con 76 empleados: esta fábrica de tabaco expandido (materia prima para rellenar los cigarrillos) dejará de operar el próximo mes de diciembre. A esos empleados se sumarán otros 38 de otros centros de trabajo de la compañía en España, hasta alcanzar 114 despidos, el 8 por ciento de los 1.400 empleados que tiene la empresa en nuestro país. Altadis atribuye a la presión regulatoria -desde la llegada del actual Gobierno, ha habido tres subidas del impuesto a las labores del tabaco, y el Ministerio de Hacienda podría estar preparando la cuarta- y al aumento del contrabando como causas de esta reestructuración productiva y de personal. La propia Altadis estima que el 12 por ciento del mercado está copado por tabaco ilegal, porcentaje que supera el 20 en Sevilla o Cádiz. La multinacional que preside Dominic Brisby aseguró ayer que ofrecerá prejubilaciones y recolocaciones para la mayoría de los 144 afectados. En Cádiz se viene fabricando tabaco desde 1.741.