Bruselas anuncia que endurecerá los controles tras dar positivos el 4,66% del total de las pruebasLa carne adulterada con caballo está presente en toda Europa, aunque no tan extendida como se sospechaba en un principio. Al menos, después de que se hayan endurecido en las últimas semanas los controles. Los 27 Estados miembros de la Unión Europea han realizado desde marzo un total de 4.144 test para detectar el posible fraude y en 193 casos ha habido positivos, lo que supone un 4,66 por ciento del total. Si a los estados miembros de la Unión Europea se les suma Suiza y Noruega, en total se han realizado 4.497 pruebas, de las que 200 han dado positivo, el 4,45 por ciento de las realizadas. A la cabeza se sitúan Francia y Grecia, con unos porcentajes que triplican la media. Hasta un 13,31 por ciento en el caso francés y un 12,5 por ciento en el griego. En España se han confirmado los resultados presentados el pasado lunes por los ministerios de Sanidad y Agricultura, con tan sólo 8 casos sobre 189 pruebas, lo que supone el 4,23 por ciento del total. Mayor control Alemania ha sido el país que más pruebas ha realizado -hasta 878, casi seis veces más de las recomendadas- y uno de los que ha tenido además la tasa de positivos más bajas. Sólo ha habido 29, un 3,3 por ciento. Asimismo, llama la atención también lo sucedido en Reino Unido e Irlanda, los dos países donde se detectaron los primeros casos a principios del pasado mes de enero y que no han encontrado ahora ninguna adulteración. Y eso que Dublín ha realizado 50 exámenes y Londres 150. Fuentes comunitarias explicaron ayer que esto es debido a que estos dos países fueron los primeros en endurecer los controles tras saltar a la luz pública el presunto fraude. De hecho, el Reino Unido es el país que más casos ha encontrado de fenilbutazona, un medicamento que está prohibido para animales destinados a consumo humano. "Las pruebas de fenilbutazona se realizaron con anterioridad, por eso ha habido casos de positivo aquí y no ha encontrado en los otros carne de caballo", aseguran las fuentes consultadas. También merece especial atención el caso de Holanda. Las autoridades de este país dieron la semana pasada una alerta alimentaria para retirar 50.000 toneladas de carne adulterada, y de las 288 pruebas realizadas, sólo 2 han dado positivas, lo que no llega ni al 0,7 por ciento. La carne de caballo es un producto autorizado en la Unión Europea pero que debe cumplir una serie de estándares para entrar en la cadena alimentaria. Por ejemplo, cada caballo sacrificado para el consumo humano debe contar con un pasaporte de sanitario que acredite que el animal no ha sido sometido a ningún tratamiento veterinario. En conjunto, la Unión Europea consume unas 110.000 toneladas cada año de carne de caballo, de las que importa un 30 por ciento de terceros países, principalmente de Canadá, México y Argentina. En Europa, los principales productores son Polonia y Rumanía, aunque los principales consumidores son Francia, Italia, Países Bajos y Bélgica. Fraude de etiquetado El comisario de Salud y Protección al Consumo, Toni Borg, aseguró ayer que los resultados confirman que el escándalo de la carne de caballo detectada en productos transformados, como lasañas y albóndigas, en el mercado comunitario constituye "un asunto de fraude alimentario" en el etiquetado de productos "y no de seguridad alimentaria". Borg ha dejado claro que a pesar de que los casos detectados son "relativamente" bajos, resulta de "vital importancia" restablecer la confianza de los consumidores europeos y socios comerciales de la Unión en la seguridad de su cadena alimentaria. Por ello, el comisario ha avanzado que propondrá a los Estados miembros adoptar "nuevas medidas" para "reducir la posibilidad de abuso", entre ellas revisar el sistema de pasaportes de caballos actualmente en vigor y que los Estados miembros establezcan sanciones y especialmente "penas pecuniarias que sean proporcionales a las ganancias obtenidas" en el marco de prácticas fraudulentas. "En los próximos meses, la Comisión propondrá reforzar los controles junto a la cadena alimentaria en línea con las lecciones aprendidas", prometió Borg en un comunicado. La Comisión Europea y expertos de los Veintisiete se reunirán el 19 de abril para discutir los resultados de las pruebas en toda la UE y si éstas deben prorrogarse, según ha avanzado el Ejecutivo. Cada vez más Estados miembros están pidiendo además que se incluya en los envases el etiquetado de origen, petición que está en estudio por la Comisión Europea, que podría presentar un informe al respecto en otoño de 2013. El Pleno del Parlamento europeo también insistió en la necesidad de "estudiar la implantación del etiquetado como medida para recuperar la confianza de los consumidores" e incluso se propuso a la Comisión que "sea obligatorio para los productos procesados y congelados". Las marcas En España, mientras tanto, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) se sumó ayer a las peticiones hechas el lunes por Facua y exigió ayer también al Gobierno que publique los nombres de las ocho marcas en las que ha detectado carne de caballo etiquetada como de vacuno. "Deben retirarse esos productos y debe hacerse de forma pública, como única forma de generar confianza entre los consumidores. De lo contrario, ocultando el origen y las consecuencias del fraude, no se hace más que alimentar la desconfianza entre los consumidores hacia la calidad y seguridad de los alimentos que consumen", señala la organización. En un comunicado, la OCU, que detectó presencia de ADN equino en hamburguesas de Ahorramás y Eroski, reclama que se garantice que, a día de hoy, no existe ningún producto en el mercado español que incluya fraudulentamente carne de caballo. También considera necesario que se hagan públicas las sanciones que se han impuesto y que, a través de la trazabilidad, se llegue al final de este asunto. Al igual que en Europa, el Gobierno español ha insistido en todo momento en que no había ningún peligro para la salud humana y que no era una crisis alimentaria, sino tan sólo un fraude en el etiquetado. Eso a pesar de que gran parte de la carne que Holanda considera descontrolada -no puede garantizar su trazibilidad ni la seguridad para el consumo humano- ha llegado a cadenas de distribución de nuestro país. El Ministerio de Sanidad ha cursado la petición holandesa a los resposnables de las comunidades autónomas para que retiren la carne, pero admite también que gran parte de ella ya ha sido consumida ya que llevaba en el mercado dos años. Por el momento, no hay en marcha, sin embargo, ningún tipo de investigación al respecto. Las empresas más afectadas por la carne de caballo en España han sido Ikea y Nestlé. La primera tuvo que retirar por ejemplo sus albóndigas y la segunda detectó casos de adulteración en sus marcas Buittoni y La Cocinera, acusando por ello a un proveedor de la provincia de Toledo.