C omo siempre ocurre a finales de diciembre, toca mirar atrás y hacer balance de lo que ha sido este año. Un 2012 marcado por la grave crisis económica que estamos atravesando y por unas medidas llevadas a cabo por parte del Gobierno que no han sido capaces de poner coto a la sangría de despidos que asola el país. La situación ha repercutido, y de qué manera, sobre el colectivo de trabajadores autónomos y pequeñas empresas, y es que, desde que comenzó este año, unos 160 trabajadores por cuenta ajena han perdido su puesto de trabajo cada día, lo que supone una cifra total de 50.000 trabajadores autónomos menos en 2012. Algo de lo que se quejan, y con razón, desde la Federación de Trabajadores Autónomos (ATA) a través de su presidente, Lorenzo Amor, quien considera que "2012 será un año para olvidar". Un ejercicio marcado por la alta presión fiscal que han tenido que soportar todos los trabajadores en general y los autónomos en particular. En 2012, los autónomos han tenido que sufrir el aumento de IVA (del 18 al 21 por ciento) e IRPF (del 15 al 21 por ciento), 9 puntos porcentuales que en casos como el de los profesionales del grupo de actividades especiales se conviertieron en 19 (6 de IVA y 13 de IRPF). Además, el aumento del precio de la energía, en especial los carburantes y la electricidad también hicieron mella en el balance de unos resultados poco positivos para la subsistencia del sector. Todo ello agravado por una caída neta de las ventas, un crédito que continúa cerrado a pymes y autónomos, una morosidad por parte de Administración y privados, que continúa en aumento y un crecimiento "desmedido" de la competencia desleal por parte de un sistema de economía informal al que muchos autónomos se ven abocados dada la inexistencia de medidas que flexibilicen las cotizaciones obligatorias al RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos) según las circunstancias particulares de facturación de cada uno de los profesionales. Aún así, no todo ha sido negativo. Como aspectos positivos, y camino a seguir por parte del Gobierno, cabe destacar el Plan de pago a Proveedores, que ha supuesto la mayor inyección de liquidez por parte de la Administración a favor de los autónomos: 5.400.000 facturas pagadas por importe de 26.981 millones de euros, cantidades que han favorecido el aumento del número de autónomos empleadores en un 3,5 por ciento, lo que se traduce en que 13.685 autónomos han dado empleo a 15.933 trabajadores nuevos en 2012. Financiación El mayor problema de las empresas, especialmente de las pymes y de los autónomos, es, en estos momentos, la falta de liquidez y de recursos financieros para obtener el capital circulante necesario. En las circunstancias actuales, pocas empresas piensan en invertir, lo que piensan es en sobrevivir. Y es precisamente esta supervivencia la que se está poniendo en riesgo por la escasez de crédito. Aproximadamente el 50 por ciento de las pymes y los autónomos que han desaparecido en los cuatro últimos años se han visto obligados a cerrar por falta de financiación. Y es que, en muchas ocasiones, no se busca la financiación en el sitio adecuado o se desconocen las herramientas y ayudas proporcionadas por la Adminsitración y de las que son fieles informadores y gestores las principales asociaciones de autónomos como ATA (Federación Nacional de Autónomos) ó UPTA (Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos). Otro de los potenciales de nuestro país y clave para superar la situación de crisis económica es la exportación de nuestros productos y servicios. Nuestro tejido empresarial se compone en un 90 por ciento de pequeñas y medianas empresas que, en su mayoría, ven el proceso de internacionalización como un proceso costoso, de alto riesgo y accesible sólo para empresas con amplios capitales. Para ello durante 2012 y con el objetivo de favorecer y consolidar la presencia de nuestras pequeñas y medianas empresas en los mercados exteriores, el Ministerio de Economía a través de la Secretaría de Comercio ha desarrollado nuevas líneas de financiación como ICEX Next o el Programa Pyme Invierte, en colaboración con entidades público - privadas como Cofides (Compañía Española de Financiación al Desarrollo). Innovación En cuanto a la evolución de las ventas, éstas volvieron a caer, un 58 por ciento en el caso de los autónomos y un 52 por ciento en el de las pymes. Aún así, estos datos mejoran en relación con el año anterior, cuando las ventas de las pymes cayeron un 73 por ciento. La orientación al cliente, la diferenciación de sus productos y servicios con respecto a su competencia y la disminución del precio han sido las causas que han favorecido la mejoría en las ventas de este colectivo. Además, el 22 por ciento de las pymes y el 19 por ciento de los autónomos han crecido, según la Radiografía de la PYME 2012 presentada por Sage. Santiago Solanas, CEO de Sage, apunta que la perspectiva de la situación económica mundial es "más negativa que en los dos años anteriores", al igual que la economía española. Y es que el 83 por ciento de las pymes y el 81 por ciento de los autónomos piensa que la situación está empeorando. Por ello, Solanas aboga por trasladar "un mensaje de confianza y de cambio de actitud. Lo que tenemos que hacer es creer en nosotros mismos". No obstante, no todo es negativo. Tanto pymes como autónomos consideran que "aunque se ha perdido competitividad, somos ligeramente más optimistas que el año pasado". El futuro de la recuperación económica y laboral en España pasa en buena parte por las pymes, y su futuro, a su vez, pasa por su capacidad para adaptar sus procesos a una época en que la rapidez, la eficiencia y la apertura de mercados son claves. La vía es la innovación.