Airbus se ha propuesto un ambicioso reto: intentar que el nuevo A350XWB vuele en el próximo salón aeronáutico de Le Bourget. Para ello tendrá que cumplir los plazos escrupulosamente marcados por la compañía, y que siempre son susceptibles de retrasarse en el tiempo en proyectos con gran sofisticación tecnológica como este programa. La intención es que las pruebas estáticas (en tierra) comiencen la próxima primavera con el primer prototipo del avión que se empleará específicamente para estos ensayos y que está prácticamente ensamblado. Durante la inauguración de la planta de montaje se dio a conocer su nombre: Roger Béteille. Se trata de uno de los históricos fundadores de Airbus. Una vez que se ponga en marcha la cadena de producción del A350 se espera que logre su velocidad de crucero en 2018, cuando se puedan entregar diez unidades al mes. La industria alemana tiene una carga de trabajo de casi el 34 por ciento en el proyecto, menor del 38 por ciento que ha tenido en otros programas.