El nombre costó 13,3 millones y Vidarte quiere retomar la polémica ampliación El Museo Guggenheim Bilbao ha celebrado su 15 aniversario con una gran tarta de color titanio, dentro de un calendario de actos bastante discreto y ajustado a la situación de crisis, que no está para grandes dispendios. El aniversario se produce a las puertas de que las Administraciones vascas hayan de iniciar la negociación con la Fundación Solomon R. Guggenheim para poder mantenerse dentro de esta red de museos, al tiempo que su director quiere retomar el polémico proyecto de ampliación del museo. La marca Guggenheim tiene valor de mercado, como así quedó en evidencia cuando se llegó al acuerdo con la Fundación Solomon R. Guggenheim hace veinte años. Llevar esta enseña y acceso a parte de sus colecciones artísticas supuso un desembolso para el Gobierno vasco y la Diputación Foral de Vizcaya de 13,3 millones, según los datos del Tribunal Vasco de Cuentas Públicas. La renovación implicará por tanto una negociación económica en un contexto de escasez de recursos públicos. El éxito de la pinacoteca es innegable: 14,7 millones de personas que han visitado sus salas. Su traducción económica, como lo demuestran cada años los estudios de impacto que realiza el museo, también es inapelable: en 2011 su actividad generó un gasto directo de 311 millones, con una generación de riqueza en PIB de 274,3 millones y unos ingresos fiscales de 42,2 millones. Asimismo, ayuda al mantenimiento de 5.885 empleos. Por tanto, parece que la prioridad del Museo es prolongar sus relaciones con la Fundación Solomon R. En una entrevista a la agencia Efe, su director Juan Ignacio Vidarte, confía en que no haya excesivos problemas para renovar el acuerdo con la fundación norteamericana, por lo que "lo lógico sería que se mantuviera" y defiende que el museo de Bilbao es más que una franquicia de la norteamericana. A raíz del aniversario y coincidiendo con la campaña electoral, Juan Ignacio Vidarte ha vuelto a sacar a la palestra el proyecto de ampliar el museo, a través de un nuevo edificio en la comarca vizcaína del Urdabibai. Este proyecto estaba siendo liderado por la Diputación Foral de Vizcaya (gobernada por el PNV), mientras que encontró la oposición del Gobierno vasco (liderado por el PSE) que consideraba el proyecto demasiado caro en tiempos de crisis económica. Ahora Vidarte vuelve a plantearlo. Las sombras de la quincena No todo es brillo de titanio en el aniversario del Guggenheim, yas que esta pinacoteca ha tenido sus sombras. La primera y más trágica se produjo el 13 de octubre de 1997, con el asesinato por parte de la organización terrorista ETA del agente de la Ertzaintza, José María Aguirre, que realizaba labores de vigilancia con motivo de la inauguración de la pinacoteca. La segunda fue 2008, por el desfalco continuado de su director gerente, Roberto Cearsolo, que no detectaron los servicios del Guggenheim, y terminó con una condena de tres años y medio de cárcel. Las últimas sombras han sido los enfrentamientos entre la Diputación de Vizcaya y el Gobierno vasco sobre su ampliación y la financiación de su funcionamiento.