El concurso para la privatización de los túneles de Vallvidrera y Cadí, gestionados por las empresas públicas Tabassa y Túnel del Cadí, ha quedado finalmente desierto. Así lo decidió ayer la mesa de contratación de la Generalitat que, después de estudiar la oferta de Invicat (Abertis), la única que había sobre la mesa, se ha decantado por abrir un "procedimiento negociado" para hablar con otras empresas interesadas en esta privatización. "En este nuevo proceso se mantendrán las condiciones esenciales del concurso anterior -entre ellas el precio de salida [430 millones de euros]- y en los próximos días se invitará a participar a algunas de las empresas que manifestaron interés por el concurso" y que no llegaron a concretar ninguna oferta, explica la consejería de Economía. La Generalitat calculó que obtendría 888 millones de euros por privatizaciones en los presupuestos de 2012, pero por ahora sólo ha ingresado 69 por la venta de edificios públicos, por lo que esta operación y la otra privatización en marcha, la de Aigües Ter-Llobregat, son claves para que el Gobierno autonómico pueda obtener fondos que le permitan reducir su déficit.