En los dos últimos años Barceló Hotels ha perdido peso en los mercados internacionales. La salida del perímetro de consolidación de varios hoteles en EEUU tras la quiebra del fondo que se los alquilaba, la primavera árabe y el abandono de Reino Unido han lastrado los resultados de la cadena hotelera mientras veía como sus ingresos en España subían un 6 por ciento. La salida del mercado británico se ha dejado notar en el beneficio neto de la compañía mallorquina, que se ha visto obligada a provisionar 14 millones de euros para hacer frente a la multa por romper el contrato de alquiler con Puma antes de tiempo. Esta provisión se ha traducido en un resultado neto de 1,5 millones de euros, un 85 por ciento menos que en 2010. Renegociaciones de alquileres a parte, el mercado británico lastró los resultados de la cadena mallorquina en 2011 al generar unas pérdidas de unos 8 millones de euros. Los ingresos aportados por los 24 hoteles que la multinacional gestionaba en las islas británicas alcanzaron los 97,1 millones de euros, un 7,4 por ciento menos que en 2010. Esta evolución de la facturación, unida a la elevadas rentas de los hoteles, llevaron a Barceló a salir del mercado en 2012, a pocos meses de la celebración de las Olimpiadas. En EEUU la historia se repite aunque por motivos diferentes. Tras la salida de parte de los hoteles que tenía la cadena alquilados, los ingresos generados en ese país han caído un 64 por ciento. A su vez, Egipto y Túnez también han funcionado peor de lo esperado por la primavera árabe. La inestabilidad generada por las revoluciones ha llevado a la compañía a salir de Túnez y replantearse su continuidad en país egipcio. En este sentido, sólo España y America Latina han mejorado sus resultados en el ultimo ejercicio. En el mercado local, donde tiene el 34 por ciento de los hoteles y la mayor parte de la división de viajes, los ingresos mejoraron un 6 por ciento, en línea con el alza de la ocupación y del revpar (ingresos por habitación disponible). Una situación que no se repite en el resto de las cadenas nacionales. América Latina siguió la senda positiva y facturó un 15,4 por ciento más. La banda ancha móvil por fin toma en serio a las 'femtoceldas' Las antenas de banda ancha móvil para interiores, también conocidas como femtoceldas, comenzarán a extenderse entre las oficinas y hogares españoles en los próximos meses. El asunto se viene rumiando desde hace cuatro o cinco años, pero parece que la eterna promesa de los antiguamente bautizados nodos domésticos tiene visos de convertirse en realidad. A grandes rasgos, la femtocelda viene a ocupar poco más que un router y consiste en una mini estación base de telefonía móvil que se instala entre cuatro paredes. Dicho dispositivo absorbe el tráfico celular generado en su entorno y lo canaliza a través de una conexión fija de banda ancha para convertirlo en señal de Internet. Por lo pronto, el remedio elimina los problemas de cobertura en el interior, mejora sustancialmente la calidad del sonido y elimina la mayor parte de la saturación o colapso de las redes inalámbricas. En ese empeño vienen trabajando los principales operadores de móviles desde hace mucho tiempo y ayer trascendió un contrato de Telefónica con Alcatel Lucent con el que la teleco confía en optimizar la calidad de su banda ancha móvil en Europa y Latinoamérica. No se conoce el importe del contrato ni los precios de los dispositivos, pero todo apunta a que la adquisición de estos nuevos gadgets debe resultar realmente barata para los usuarios. Como no puede ser de otra forma, la tecnología comenzará a extenderse primero en oficinas para después dar el salto a los hogares.