El mecanismo europeo tratará de impedir que se repitan casos como el de Bankia, asegura BarnierEspaña y los problemas de sus bancos tendrán que esperar. El comisario europeo de Mercado Interior y Servicios Financieros, Michel Barnier, reconoció ayer que su paquete legislativo para una futura "unión bancaria" a Veintisiete recién presentado no podrá ser utilizado en el caso de "Bankia y la banca española", aunque su objetivo sea "intentar evitar lo que ha ocurrido". El nuevo mecanismo de prevención de crisis bancarias, ideado para que los contribuyentes no vuelvan a pagar los platos rotos del sector financiero, no verá la luz al menos durante un año, debido a su tramitación legal por el Consejo y el Parlamento europeos. "En España es urgente un diagnostico exacto, es lo que se está haciendo con los auditores independientes", dijo el comisario, que recalcó su confianza en las medidas que está tomado el Gobierno de Madrid. "A partir del examen detallado y serio que está en curso, la situación española (...) será objeto de decisiones complementarias", anunció Barnier. Una red europea Por el momento, la Comisión no ha recibido ninguna petición de ayuda por parte del Gobierno de Mariano Rajoy, algo considerado por el Ejecutivo comunitario como "normal", puesto que todavía se desconocen las necesidades de recapitalización de los bancos españoles, a la espera de las auditorías independientes solicitadas a la alemana Roland Berger y la estadounidense Oliver Wyman. Sólo cuando se conozca con precisión y detalle la situación real del sector financiero, podrán tomarse a su juicio las decisiones pertinentes y España mover ficha para reclamar fondos europeos. Barnier es partidario, como lo es el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, de estudiar "seriamente" la opción de usar el fondo de rescate para recapitalizar directamente a los bancos pues "hoy no es posible". Red europea de fondos La propuesta de la Comisión supone la creación de una red europea con fondos de resolución de cada Estado miembro -con la aportación del 1 por ciento de los depósitos garantizados, y la posibilidad de una quita a partir del año 2018-, que a la vez se comunitarizaría para poder ser utilizada en los casos de quiebras de bancos transfronterizos. Con ello, se compartiría la carga y se obligaría a los fondos nacionales a prestarse entre sí. En el caso de España se haría a través del Fondo de Garantía de Depósitos. De cara a reestructuraciones o liquidaciones ordenadas, a través de los fondos se podrían conceder préstamos a "bancos puente" de carácter temporal, para la compra de activos de una entidad en proceso de resolución, o para garantizar activos o pasivos de una institución financiera sometida a resolución. El instrumento de rescate interno permitirá a las entidades recapitalizarse mediante la eliminación o la dilución de las acciones y la reducción o la conversión en acciones de los créditos de los acreedores.Así, la estrategia, que incluye incrementar las competencias de los reguladores y colegios de supervisión, establece varias fases destinadas a incrementar la prevención de quiebras que pueden llegar a ser sistémicas.