Tras el anuncio de medidas legales contra la constructora, los accionistas le dan la espalda en sus planes de controlmadrid. Petroleros Mexicanos (Pemex) se ha cavado su propia tumba en Repsol. El anuncio de medidas legales contra Sacyr por romper el pacto suscrito el pasado verano para controlar la petrolera ha reducido sus posibilidades de aumentar su participación en el grupo y, a la postre, contar con un consejero más en el máximo órgano de gestión. La compañía que preside Juan José Suárez Coppel se ha convertido en el principal enemigo del que fuera su socio y nexo para conseguir sus aspiraciones en la petrolera. Con la destitución de Luis del Rivero como presidente de Sacyr, el pacto parasocial elaborado a espaldas del presidente de Repsol, Antonio Brufau, cayó en saco roto. Además, la actual dirección de la constructora se ha posicionado del lado del ejecutivo catalán. Por su parte, La Caixa ha negado rotundamente la existencia de un pacto parasocial con Pemex para controlar Repsol dando así un espaldarazo a Brufau. A ello hay que añadir que los minoritarios ya mostraron un claro apoyo a la dirección de la petrolera desde que comenzaron las tensiones en el accionariado hace dos años como consecuencia de la rebaja del dividendo y la intención de Del Rivero de sustituir a Brufau al frente de la petrolera. Con todo, la compañía mexicana tiene muy complicado hacer valer su presencia en el consejo de administración por las enemistadas creadas entre los accionistas de referencia. La compañía ya cuenta con un consejero, pero es titular de una participación de un 9,4 por ciento y por tanto sólo necesitaría adquirir un paquete de un 3 por ciento para tener otro representante, ya que atendiendo al principio de proporcionalidad de la compañía, corresponde un consejero por cada 6,5 por ciento. Pemex celebró ayer un consejo para determinar cuál será su papel en la petrolera a partir de ahora, pero a cierre de esta edición no había transcendido la decisión de la compañía. En cualquier caso, la petrolera también baraja reducir su presencia en la compañía al 6,5 por ciento ya que elevó su participación a un precio de 19,5 euros y actualmente la petrolera cotiza por encima de los 23 euros, con lo que obtendría unas jugosas plusvalías. Por otro lado, el acuerdo parasocial firmado con Sacyr promete saldarse con un aluvión de enfrentamientos tanto administrativos como judiciales. De un lado, las medidas que se plantea la mexicana contra la constructora, así como las peticiones de investigación de la operación de desembarco que se realizaron a la Comisión Nacional del Mercado de Valores y la vigilancia a la que ha sido sometida la operación en México. De hecho, el equivalente al tribunal de cuentas mexicano estudiará la operación en Repsol cuando analice las cuentas estatales este mismo año.