El Santander, BBVA, La Caixa, Popular, Sabadell, Ibercaja y Barclays se presentan a la puja por la entidad alicantinamadrid. La primera fase de la subasta de la CAM se cerró ayer con un discreto interés por parte de las entidades españolas y con el deseo del Banco de España, de muy difícil realización, de que el coste para las arcas públicas sea moderado. Según fuentes del mercado, a La Caixa, Banco Santander y BBVA se han unido las declaraciones previas de interés del Sabadell, Popular, Barclays e Ibercaja. Una lista en la que también estaría el banco chino ICBC y algunos fondos de inversión internacionales. El supervisor se vio forzado a diseñar un generoso sistema de garantías y a rebajar algunas exigencias sobre consumo de recursos propios para aumentar el escaso interés despertado por la CAM. Además, "invitó" a varias entidades a que participaran en esta fase preliminar de la subasta, aún sabiendo que ni encaja en sus planes estratégicos ni tienen tamaño suficiente para digerir una caja deteriorada con 70.000 millones de activos. Pero a pesar de los esfuerzos del Banco de España para atraer a más participantes, la opinión unánime, hasta de las propias entidades que presentaron un declaración previa, es que la CAM, de una pieza, sólo está al alcance de la banca con un determinado tamaño crítico, que en España se limita al Santander, BBVA y La Caixa. Esquema de protección El esquema de protección de activos (EPA) diseñado prevé que de los primeros 2.500 millones de pérdidas que ocasionen unos activos inmobiliarios tóxicos cuyo volumen ronda los 20.000 millones, el Frob cubrirá 2.000 millones, el 80 por ciento. El resto de pérdidas, durante un periodo de diez años, estará garantizado en un 90 por ciento, lo que podría ocasionar otro desembolso del Frob de hasta 15.750 millones de euros. A estas cantidades hay que sumar los 2.800 millones que ya se inyectaron a la CAM para reforzar sus niveles de capital. Las entidades interesadas en la caja tendrían ahora que poner precio para recomprar esta aportación pública, pero no sólo no están dispuestas a acercarse a esa cifra, sino que consideran que el valor es cero. El agujero en el bolsillo público que ocasiona reflotar la caja alicantina es aún de mayor tamaño, ya que tras la intervención, se le otorgó una linea de liquidez de 3.000 millones para contrarrestar la retirada de depósitos de la clientela. Todas estas ayudas suman, suponiendo que el tamaño de activos dañados no aumente, un tope máximo de 23.550 millones de euros. Con las posibles pérdidas muy limitadas por el EPA y reducido el valor de los 2.800 millones de capital inyectado a cero, el Banco de España aún tiene que afrontar varios escollos para encontrar comprador. Devolver la CAM a unos niveles aceptables de solvencia puede suponer a la entidad ganadora reforzar su capital, en función de su propios ratios de solvencia y tamaño, en unos 2.000 millones (tras dispensar el supervisor del consumo de recursos propios a los activos con riesgo inmobiliario y promotor), una cifra que aleja de la pugna a la mayoría de las entidades. Pero donde se encuentra el principal obstáculo es en la liquidez. La CAM tiene que afrontar unos vencimientos cercanos a los 1.000 millones en lo que resta de año y de otros 5.900 millones en 2012, por lo que las entidades reclaman que el Frob proporcione líneas de liquidez que salvaguarden al comprador de dificultades adicionales en un momento en que los mercados de financiación mayorista se encuentran cerrados a cal y canto. El Banco de España está dispuesto a asegurar que proporcionará una línea de liquidez de 2.800 millones, pero la cifra no está aún cerrada, por lo que finalmente, y superando su deseo de encontrar un solución para la CAM el intentar gastar lo menos posible, podría aumentar el volumen de la ayuda. Tras completarse la lista de aspirantes, el Banco de España podría decidir esta misma semana las entidades que serán invitadas a realizar ofertas vinculantes. Después de la criba se abrirá un periodo de unas dos semanas antes de que se presenten las ofertas definitivas.