Para una fusión de Antena 3 con el canal, "primero que se pongan de acuerdo entre ellos"MADRID. José Manuel Lara, presidente de Planeta y del grupo Antena 3, no dudó ni un momento y contestó sin vacilar. Para que la fusión con La Sexta siga adelante, "que se pongan primero de acuerdo entre todos ellos. Cuando las negociaciones parecía que ya habían llegado a su fin los accionistas empezaron a discutir sobre temas menores, dando la sensación de que había alguien a quien no le interesaba la fusión con nosotros", explicó en el Foro de la Nueva Economía. En este sentido, Lara expresó su total disposición a "hablar con cualquiera, pero no para hablar por hablar", dando a entender que no está dispuesto a embarcarse en nuevas negociaciones si la otra parte no está convencida cien por cien de la necesidad de una operación de estas características. No obstante, el presidente de Antena 3 tampoco cerró la puerta a la consolidación de acuerdos y alianzas entre operadores de cara a poder competir con Telecinco, aunque también avaló el músculo de la empresa que preside para seguir en solitario. En cualquier caso, para Lara el futuro está claro, "el mercado tiene que cambiar. El problema no es por el número de canales, sino de operadores. No puede haber cinco. El mapa de agentes aún no está cerrado". En cuanto a las relaciones con Uteca, Lara mostró su parcial desacuerdo con el comunicado que la asociación de televisiones privadas lanzó recientemente en contra de la opción de TVE para hacerse con los derechos de la Champions League, y en la que incluso amenazaba al ente con denunciarlo ante los tribunales. Una nota que, según opinan fuentes del sector, estaría motivada por Telecinco, muy interesada en obtener las licencias de la competición. "Aquella nota se exageró. No hubo entendimiento con Uteca", dijo. Eso sí, desde su punto de vista no tiene sentido que un operador público "destine entre 20millones y 60 millones de euros a un contenido que las privadas pueden dar gratis". Al mismo tiempo, criticó la existencia de canales autonómicos públicos que no tienen detrás la defensa de una lengua propia.