Los intentos de Nuevo Baztán, Sopetrán y el Teatro Príncipe Píomadrid. Los sueños inmobiliarios de la SGAE ni son recientes ni siempre han salido bien. Aún queda en el Folleto de Oferta Pública de acciones de Riofisa del pasado año el recuerdo del fallido intento de la sociedad de autores por hacerse con la estación de Príncipe Pío y convertirla en uno de esos espacios dinamizadores de la cultura a los que siempre hacer referencia el presidente de la SGAE, Teddy Bautista.La sociedad creó junto con Antonio Banderas una firma llamada Teatro Príncipe Pío y se alió con Renfe y Riofisa para rehabilitar el edificio cabecera de la estación. Riofisa rompió la alianza y la SGAE la llevó a juicio reclamando daños por 20 millones de euros. El juicio lo perdió SGAE porque Riofisa demostró que nunca se había solicitado la licencia de obras. Tampoco es nuevo el proyecto de macrocentro que intentan crear en Zaragoza. No es la primera vez que se plantea algo similar. El antecedente se ideó para la Ciudad de la Imagen en Madrid. La idea original era crear un espacio escénico de gran capacidad: 16.000 espectadores. El de Boadilla tampoco es el primer palacio que se quiso adquirir como sede de la Fundación Autor. Tiene un antecedente remoto en el Monasterio de Sopetrán en Guadalajara. Se estudio también el Palacio de Nuevo Baztán pero sus malas comunicaciones llevaron a desechar el proyecto.Los retos de hoy se llaman: fachada del Campos Elíseos, que para los restauradores está fatídicamente construido con arena de playa y negociación con Patrimonio del Ayuntamiento de Boadilla para lograr por fin la cesión por 75 años del palacio.Otros proyectos han sido desechados por SGAE, como es el caso de la propuesta que recibieron para un edificio en Melilla, que no les sedujo.