Su mayor desafío está relacionado con la calidad: se ha debilitado la legendaria fiabilidad de sus vehículosmilán. La expansión a marchas forzadas implica también riesgos para Toyota. Y el primer reto que afronta la compañía es el de la calidad: haber duplicado la producción en pocos años ha conducido a un debilitamiento de la legendaria fiabilidad de sus coches, con una cantidad de reclamaciones por defectos netamente superior a la del pasado.En 2006, Toyota se vio incluso superada por la coreana Hyundai en la clasificación de la calidad de los coches nuevos realizada por la empresa asesora J. D. Power, aunque en otras clasificaciones sigue ocupando el primer puesto. La empresa afrontó el problema son su método de siempre: entrenamiento intensivo para sus 30.000 trabajadores americanos, freno al crecimiento e impulso a fondo de las inversiones.El segundo obstáculo es más insidioso: a casi 50 años de su desembarco en Estados Unidos, Toyota es ya el tercer fabricante en el mercado, no lejos de la Ford. Pero su expansión (y la de los demás colosos asiáticos) ha ido de la mano con la crisis de Detroit, lo que suscita periódicas reacciones de rechazo en América. Toyota está intentando acreditarse como un fabricante americano con todas las de la ley. De hecho, más del 50 por ciento de los coches vendidos en 2006 son made in USA, y la compañía acaba de anunciar la construcción de otra fábrica, que sería la octava en suelo americano.Hace pocas semanas, Toyota nombró, por vez primera, a un americano, el veterano Jim Press, como miembro de su Consejo de Administración. ¿Será suficiente? ¿Qué pasaría si una de las grandes empresas automovilísticas de Detroit quebrase de verdad?