Doce artistas reinterpretan a los grandes maestros en el Museo del PradoEn noviembre de 1991. la pinacoteca más importante del mundo exhibió una selección de la creación española contemporánea, pero todo eran hombres. Arroyo, Barceló y Chillida, entre otros, protagonizaron una exposición con obras escogidas al efecto para el Museo del Prado. Ahora es el turno de las mujeres y una docena de ellas, entre las que se encuentran pintoras, fotógrafas y escultoras, muestran sus trabajos en las salas temporales junto a los maestros de la antigüedad.Soledad Sevilla presenta dos litografías de tema taurino y su modelo ha sido Hipómenes y Atalanta, de Guido Reni; un par de fotografías inspiradas en los bodegones holandeses es la aportación de Eva Lootz; mientras que la valenciana Carmen Calvo, que en los años ochenta convirtió platos y vajillas en iconografía del soporte, ahora utiliza a La maja y los embozados, de Goya y uno de los Desastres como proyección del sarcasmo buñuelesco heredado del artista de Fuendetodos.La villa Médicis, de Velázquez, uno de los paisajes más atípicos del sevillano, es la referencia tomada por la escultora donostiarra Cristina Iglesias para transformar sus esculturas que ornamentan los más diversos espacios al aire libre con celosías por las que pasa la luz, el aire y los sentimientos. Isabel Baquedano ha definido con verbo moderno y elegíaco La expulsión del paraíso, de Fra Angélico; Isabel Quintanilla, una de las artista menos reconocidas del realismo madrileño, se inspira en Las Meninas, de Velázquez, y hace un guiño a la historia convirtiendo a su nieta Anabela en protagonista de un cuadro semejante.El desnudo femenino es el protagonista de la aportación de la fotógrafa Ouka Leele, en cuya obra se unen pasado y presente. Mientras que Cristina García Rodero utiliza a los visitantes del Prado para llevar a cabo un doble retrato cuando están colocados delante de una obra de Rafael, Blanca Muñoz toma las gorgueras de los personajes de El Greco como material para sus piezas escultóricas.La sevillana Carmen Laffón ha tratado de reinterpretar a otro sevillano, Bartolomé Esteban Murillo, con dos pinturas concebidas a partir de un par de fragmentos de la obra El sueño del patricio. Se centra en los elementos cotidianos que llevan iluminando su pintura desde hace cuarenta años: una mesa y un cesto que fácilmente encontraremos en su casa y en cualquiera de los bodegones españoles del Siglo de Oro.Realidad y fantasíaNaia Castillo, una bilbaína de 31 años que es la benjamina del grupo, exhibe dos fotografías en las que realidad y fantasía se complementan, colocando una medalla sobre la piel de una modelo y un díptico del primitivo flamenco Robert Campin. El objetivo de esta muestra organizada por la Fundación Amigos del Museo del Pardo, es incentivar la reflexión sobre el diálogo que se establece entre el arte del pasado y el presente, mostrando la presencia de los maestros antiguos en la producción de los artistas contemporáneos.