MADRID. Las cajas gallegas celebraron ayer la primera toma de contacto para encarrilar su posible fusión, después de las advertencias del Banco de España y el compromiso de sus consejos de administración para intentar llevar a cabo la operación. La reunión que se celebró en Santiago de Compostela, territorio considerado neutral, se produjo en ámbiente de cordialidad, según señalaron tanto Caixa Galicia como Caixanova en un comunicado. Ambas entidades acordaron continuar con las negociaciones en los próximos días para limar las asperezas y diferencias en el planteamiento del proyecto común impulsado por la Xunta. Una y otra difieren sobre el peso de representación en los órganos de gobierno, en la ubicación de las sedes y en las ayudas públicas necesarias.