La CDC hace público su apoyo a Roverato, que sigue intentando restar votos a los españolesmadrid. Ha llegado el gran día. Hoy, Sacyr Vallehermoso se juega mucho más que una inversión en París. La compañía presidida por Luis del Rivero, dueña del 33,2 por ciento del Eiffage, volverá a verse las caras con Jean-François Roverato, presidente de la tercera constructora de Francia, en una Junta General que promete ser, cuanto menos, difícil.La entidad Caisse des Dépôts (CDC), rebautizada como el brazo financiero del Gobierno francés, precalentó ayer el encuentro anunciando su férreo apoyo a Roverato y lanzando un mensaje envenenado a Sacyr: "los candidatos a entrar en el Consejo de Administración deben antes manifestar claramente sus intenciones".Estas palabras son un dardo envenenado para la compañía española, que acude a la Asamblea General con la propuesta de nombrar cinco de los quince miembros del máximo órgano de administración. Las explicaciones que lleva dando Sacyr durante el último año y medio sobre sus objetivos en Eiffage no parecen convencer a la CDC, a tenor del comunicado que envió ayer. Ni siquiera la publicidad que insertó la compañía española en varios diarios galos, insistiendo en que desea mantener la gestión en manos francesa y no segregar activos, parece haber convencido a la entidad.Con el claro posicionamiento de la CDC en favor de Roverato, el presidente de Eiffage vuelve a contar con el respaldo de los grandes accionistas francesas. Por una parte, cuenta con el voto delegado de los empleados del grupo, que controlan el 22 por ciento del capital. Los directivo del grupo, dueños de otros cinco por ciento, también respaldan su gestión, al igual que las aseguradoras Axa y Groupama, titulares del dos por ciento cada una.Sumado al 8,5 por ciento de CDC, el Roverato tiene garantizado el respaldo del 39,5 por ciento del capital con derecho de voto.Frenar a los españolesEl poder de voto de Sacyr se reduce al 29,2 por ciento, ya que tiene bloqueado un tres por ciento desde la Junta General de 2006. Una merma de poder que también está sufriendo Grupo Rayet, dueño del 4,21 por ciento del capital, que todavía no tiene en regla los derechos de voto sobre un 0,21 por ciento de su participación.Las trabas que están sufriendo los inversores se ha interpretado como una estrategia dirigida por Roverato para blindarse contra los nuevos accionistas. Un bloque cuya última incorporación reconocida es Luis Portillo, presidente de Inmocaral, que el viernes anunció a Eiffage la compra del dos por ciento del capital. Entre estos tres accionistas españoles suman el 35 por ciento de los derechos de voto