En qué criterios conviene fijarse para conseguir buenas rentabilidades al invertir en bonos estatales. Por Ana PalomaresCuando uno entra en un casino, debe tener una cosa clara: juegue a lo que juegue, tiene que asumir el riesgo de perder dinero. Con la deuda pública ahora sucede lo mismo. Si antes en este casino era muy normal que apostar por los bonos públicos de los países desarrollados fuera una garantía de éxito, ahora, ganar no se antoja como una tarea sencilla. La incertidumbre que ha generado Grecia no sólo se ha contagiado al resto de países periféricos. También a Reino Unido y EEUU, cuyos déficits fiscales ya superan el 10 por ciento, lo que ha llevado a algunos analistas incluso a poner en tela de juicio la triple A de la que ambos países disfrutan. Pero si hay algo en lo que coinciden los expertos es que toda crisis genera siempre oportunidades. Y la de la deuda pública no iba a ser menos. Aunque no hay ninguna emisión de deuda pública que garantice al cien por cien ganancias a los inversores en el largo plazo, sí hay alternativas que pueden ser rentables. Pero para encontrarlas, el inversor deberá decidir qué riesgo está dispuesto a asumir y cuál quiere evitar. E indicadores como las perspectivas de rating, las estimaciones de rentabilidad, los seguros contra el riesgo de impago (CDS) o las previsiones sobre los tipos de interés pueden ser unas buenas medidas por las que guiarse. Seguros contra el impago Es el indicador de moda. Mide el riesgo de impago de la deuda de los países en función de los seguros que compran los inversores para protegerse de él. Es decir, cuanto mayor sea la cifra, más riesgo de impago presenta ese país. Según los datos de CBIL, los países nórdicos son los que más confianza despiertan entre los inversores. Por ejemplo, los CDS de Noruega, Finlandia, Dinamarca o Alemania cotizan por debajo de los 40 puntos básicos, frente a los más de 1.000 puntos básicos de países como Argentina o Venezuela, los que menos seguridad de crédito ofrecen. En España se venden dos fondos que invierten en deuda noruega y cinco que destinan su cartera a emisiones del Estado o empresas danesas. Todos ellos generan rentabilidades positivas en el año y, de todos, Nordea-1 Danish Long Bond Fund BP es el que más rentabilidad acumula a largo plazo (ha dado a sus inversores ganancias anuales del 5,7 por ciento en la última década). Además, en el caso de Noruega hay que fijarse mucho en su moneda. Tanto la corona como el dólar asutraliano y el canadiense se consideran divisas commodites. Es decir, se apreciarían si también lo hace el petróleo ya que son grandes exportadoras de oro negro. La importancia de los tipos "Los inversores deben centrarse en deuda de países con perspectivas de menor endeudamiento y riesgo inflacionario y Alemania y Canadá son los preferidos de nuestra lista", afirma Bill Gross, gurú de renta fija y presidente de la mayor gestora de bonos, Pimco. Ambos países ofrecen ahora rentabilidades del 3,14 por ciento y 3,43 por ciento en sus títulos a diez años. Aunque son cifras muy atractivas, quizá convenga esperar para entrar en estos títulos ya que se espera que ambos emitan sus títulos con rentabilidades muy cercanas al 4 por ciento a finales de año. Una situación que se repite en todos los países europeos salvo Hungría y Polonia, en los emergentes, así como en Reino Unido y EEUU. En estos incrementos no sólo influirá el aumento de la incertidumbre -hay que recordar que la rentabilidad de los bonos aumenta a medida que cae la demanda y por tanto el precio de los mismos-. También las subidas de tipos de interés tienen mucho que decir. Cuanto más tarde se suban, más posibilidad tendrá el inversor de que los títulos que tiene en cartera renten más. Con este criterio, la eurozona y Reino Unido es en donde se presentarían las mejores oportunidades, ya que el consenso no espera que se aumente el precio del dinero hasta el último trimestre de 2010 (hasta el 1,25 por ciento en la zona euro y hasta el 0,75 por ciento en Reino Unido). El inversor particular tiene a su disposición 200 fondos que invierten en bonos emitidos por países de la eurozona o de Reino Unido. De todos ellos, Parvest Euro Government Bond es el fondo que más rentabilidad ha generado en los últimos diez años (un 4,8 por ciento). Sus principales posiciones están en Italia, Francia y Alemania. Más arriesgado, ¿más rentable? Sus economías están menos endeudadas que las de los países desarrollados y la mayoría sólo despierta halagos entre los inversores. La deuda de los países emergentes es, sin duda, la apuesta de inversión en la que coinciden todos los expertos. "Antes eran muy arriesgados, pero ahora tienen bancos centrales independientes, políticas variables de tipos de interés y mayor disciplina presupuestaria. Además, 2010 podría ser el año en el que la deuda de los países emergentes consiga el rating de grado de inversión", afirma John Carlson, gestor del fondo FF Emerging Market. De momento, Turquía ya ha celebrado en 2010 la mejora de rating de las tres agencias de calificación, y a Rusia Standard and Poor´s le ha mejorado la perspectiva de negativa a estable. La divisa es otro punto a favor de todos los países emergentes, lo que ha llevado a los gestores a recomendar la inversión en moneda local. No en vano, se espera que el real brasileño se aprecie un 2,8 por ciento frente al dólar y que el rublo ruso lo haga en un 4,9 por ciento. Este interés inversor explica el auge que han tenido los fondos de bonos emergentes. Se venden 450 productos. Los más rentables a largo plazo, Templeton Emerging Markets Bond e Invesco Emerging Markets Bonds centran su estrategia en la deuda emitida por Brasil, Argentina o Iraq. Ganan un 10 por ciento anual en la última década.