SEVILLA. Caja Granada no podrá mantenerse mucho tiempo a flote si no opta por alianzas o fusiones. El espíritu heroico de Boabdil se diluye y, tarde o temprano, la entidad tendrá que rendirse, bien ante alianzas estratégicas (Sistema Integrado de Protección, SIP) o una fusión, aunque su nuevo presidente, el socialista Antonio Jara (ex alcalde de Granada), se inclina por la primera opción. Señaló ayer que una alianza estratégica será "ineludible". Jara cumplimentó en Sevilla al presidente andaluz, José Antonio Griñán (próximo secretario general del PSOE-A), y entonó el "depende" al ser interrogado por el futuro inmediato de la entidad: "No estamos urgidos por nada". Jara, ante el inestable mapa de alianzas "que cambia cada mañana" se mostró partidario de hablar "con todos" y, en su momento, tomar la decisión: "No queremos correr ni delante de nadie ni detrás de nadie". Antonio Jara admitió que Caja Granada está obligada a crecer porque "le va en ello su futuro" con lealtad a Granada, Jaén y Almería. Y reconoció que los "malos números" de eficiencia "se dan por buenos considerando los servicios financieros que presta" en la zona.