Reorganizará las marcas del Grupo, lo que supone importantes cambios de orientaciónA estas alturas Martin Winterkorn no necesita presentación en el mundo del automóvil. Su trayectoria y sobre todo sus resultados le avalan y convierten incluso en una tentación para otras compañías que no van tan bien como la automovilística de lujo Audi, que hasta el año pasado presidió y desde enero cambió por la presidencia del Grupo Volkswagen.A este ingeniero alemán de 59 años le ha caído encima un merecido reconocimiento y un importante reto a raíz de los desencuentros del hasta la semana pasada presidente del grupo alemán, Bernd Pischetsrieder, con la representación de trabajadores en el Consejo de Administración y con el propio presidente del Consejo de Supervisión e importante accionista, Ferdinand Piëch.A Pischetsrieder le costó el cargo supuestamente su agresividad y su escasa mano izquierda, asignaturas que Winterkorn debió repasar desde que tuvo al Consejo de Administración de la española Seat bajo su mando. A pesar de los problemas de la marca, siempre mantuvo un punto de vista más constructivo que su antecesor, algo que le puede valer de mucho ahora que preside un grupo automovilístico que es líder en Europa, que factura más de 95.000 millones de euros y que emplea a casi 345.000 personas en todo el mundo.Sin embargo, su forma de hacer las cosas tampoco es del agrado del actual presidente de la marca Volkswagen, Wolfgang Bernhard, con quien además no mantiene una buena relación y quien, según la prensa alemana, baraja la idea de dejar el cargo esta misma semana. Su nueva estrategia, que supone todo un reto para la nueva Volkswagen, deja el trabajo de Berhnard fuera de juego, ya que los "coches del pueblo" perderían su actual posicionamiento en el grupo.La apuesta de Martin Winterkorn viene, sin embargo, apoyada por sus logros con Audi, y esta misma semana tendrá que convencer al Consejo de Administración de que puede hacer lo mismo con el grupo y con cada una de las marcas que lo integran.Pocos ejecutivos pueden presumir de una dedicación tan extensa como la suya a una compañía. De hecho, su vida laboral ha estado ligada casi por completo al Grupo Volkswagen y en especial a Audi. Sólo sus primeros pasos profesionales, que dio en 1977 en una división de investigación de la multinacional Robert Bosch, hacen la excepción. Aunque pasó por más cargos dentro de Bosch, sólo cuatro años después ya entraba en la marca Audi como asistente del cuadro ejecutivo responsable de calidad. La ha visto crecer y convertirse en una de las marcas de lujo de mayor proyección en el Viejo Continente, y ahora Piëch confía en él para que haga lo mismo con el Grupo Volkswagen. Hasta que llegó a formar parte del Consejo de Administración del grupo, siempre estuvo relacionado con las áreas de calidad y desarrollo de producto.Por tanto, ¿quién mejor? Teniendo en cuenta que es de la casa y que lleva prácticamente toda la vida en ella, el Grupo Volkswagen no vio ninguna necesidad en fichar a algún ejecutivo de otro sector, por ejemplo del aeronáutico, como sí hicieron en su momento otras compañías automovilísticas.