madrid. El ministro de Estado alemán de la Baja Sajonia, Christian Wulff, quiere ganarle la batalla a Porsche. Ya no se conforma con ser el segundo accionista de Volkswagen y quiere adelantarse a la primera posición. De esta manera, limitaría la influencia de su adversario.Para ello, convocará una reunión con los principales inversores del consorcio de Wolfsburg para acordar qué medidas tomar. El freno de poder de Porsche podría iniciarse a principios del próximo año. Wulff se niega en banda a que el primer accionista del grupo pueda obtener la presidencia de Volkswagen. Más aún, que consiga lograr otro representante en el Consejo de Administración.Entre los accionistas se habla de una "guerra sin precedentes" por el poder de Volkswagen, aunque todas las nominaciones las tiene Porsche. Según un ex consejero de Wulff, la argumentación del ministro es "débil". El Estado de Sajonia buscará, si es necesario, ayuda externa para controlar todas las acciones posibles. Hasta el momento, tiene en sus manos el 20,8 por ciento. Por su parte, Porsche sigue creciendo y elevó su participación en el grupo hasta el 27,4 por ciento. No descarta llegar a un 29,9 por ciento como máximo. Si quiere más, tendrá que lanzar una opa al total del capital de la compañía. Eso, si el ministro de la Baja Sajonia se lo permite.