Las aseguradoras de salud renunciarán a los copagos en pruebas y tratamientosObras son amores y no buenas razones, dice el refrán. Un dicho que la Casa Blanca debe fijar como su nuevo mantra, dado que los ciudadanos, inversores y empresas buscan medidas fiscales concretas para tratar de paliar el efecto económico del Covid-19 en América.Durante una reunión con los principales directivos de las principales aseguradoras de salud del país, el presidente de Estados Unidos Donald Trump reconoció que su administración trabaja de cerca con aerolíneas y operadoras de cruceros, a las que se ayudará "durante este bache". En el encuentro, Trump y el vicepresidente, Mike Pence, encargado de liderar los esfuerzos relacionados con el coronavirus, lograron que las aseguradoras privadas de salud renuncien a los copagos, tanto en diagnóstico como en tratamiento del Covid-19. También cubrirán los servicios de atención a distancia."Me complace informar, como solicitó el presidente, que las compañías de seguros han acordado renunciar a todos los copagos para las pruebas del coronavirus y extender la cobertura para su tratamiento en todos sus planes disponibles", señaló Pence, mientras Trump apostilló que "se están haciendo enormes progresos".El mandatario estadounidense ya firmó la semana pasada una medida bipartidista, orquestada por los legisladores por valor de 8.300 millones de dólares la semana pasada, para acelerar la entrega de pruebas para detectar el virus y ofrecer ayudas a los estados.Pero más allá del esfuerzo por aliviar el coste de la atención sanitaria para los ciudadanos, las miras están puestas en los estímulos fiscales esbozados a comienzos de semana por Trump, quien al cierre de esta edición tenía planeado acudir al Capitolio en busca de apoyo. El inquilino de la Casa Blanca prometió, tras el desplome del mercado sufrido el lunes, aprobar una reducción temporal de las retenciones sobre la renta e implementar un sistema de baja por enfermedad para aquellos empleados que cobran a la hora. Además, sumó la posibilidad de incrementar los préstamos y ayudas a las pymes. Estos objetivos chocan con la doctrina republicana y algunos legisladores del partido ya demostraron cierta reticencia a este tipo de estímulos.El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el directo del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, Larry Kudlow, almorzaron el martes con los senadores republicanos para determinar si los legisladores del partido están dispuestos a respaldar la vacuna fiscal contra el coronavirus. El impuesto sobre la nómina (payroll tax), que es independiente al impuesto federal sobre la renta, incluye los gravámenes dedicados a la Seguridad Social y el programa de salud público, Medicare. A día de hoy, un empleado que gane 50.000 dólares año paga aproximadamente 3.100 dólares en impuestos sobre la nómina. Este dinero se destina a programas específicos como la Seguridad Social, la atención médica, la compensación por desempleo y la compensación a los trabajadores.Los demócratas en la Cámara de Representantes comenzaron a dar forma a sus propuestas, que incluyen, además de bajas por enfermedad remuneradas, la extensión de las ayudas federales a programas nutricionales. Especialmente, si los colegios del país se vieran obligados a echar el cierre.A la espera de conocer los avances que permitan implementar cualquier tipo de medida fiscal para moderar los efectos del coronavirus, Trump volvió a criticar al banco central estadounidense por no estar haciendo todo lo posible. "Nuestra patética y lenta Reserva Federal, encabezada por Jay Powell, quien subió las tasas demasiado rápido y bajó demasiado tarde, debería bajar las tasas a los niveles de otros países competidores. Ahora tienen una ventaja de hasta dos puntos, con una ayuda monetaria aún mayor. ¡Además, estimula!" tuiteó el presidente de EEUU.Sin embargo, la Fed ya implementó un recorte de emergencia de 50 puntos básicos y ha elevado sus intervenciones en el mercado monetario hasta los 150.000 millones de dólares.