El Fondo Monteraio Internacional exige medidas fiscales y monetarias Ante la falta de un plan coordinado entre países de todo el mundo para frenar los contagios y paliar sus efectos en la economía y los mercados financieros, el Fondo Monetario Internacional volvió a ejercer de guía durante la jornada del lunes, con su economista jefe, Gita Gopinath, exigiendo a los gobiernos y bancos centrales una serie de medidas que frenen los impactos colaterales del Covid-19."El objetivo es evitar que una crisis temporal perjudique permanentemente a través de la pérdida de empleos y quiebras", aclaró Gopinath en un blog publicado el lunes donde recalcó la necesidad de aplicar políticas específicas para apoyar a la economía en la epidemia. Dejó claro que debe hacerse todo lo posible por mantener intacta la red de relaciones económicas y financieras entre trabajadores y empresas, prestamistas y prestatarios, y proveedores y usuarios finales.Abogó por planes tanto del lado fiscal como monetario. Dentro del primero, la economista jefe del Fondo indicó que los hogares y las empresas afectadas por interrupciones en el suministro y una caída en la demanda podrían ser objeto de transferencias de efectivo, subsidios salariales y desgravación fiscal, ayudando a las empresas a mantenerse a flote.Por su parte, el FMI considera que los bancos centrales deben estar preparados para proporcionar una amplia liquidez a los bancos y las compañías financieras no bancarias, así como a las pequeñas y medianas empresas, que estarían menos preparadas para enfrentar un shock. Paralelamente, los gobiernos podrían ofrecer garantías de crédito temporales y específicas para las necesidades de liquidez a corto plazo a las pymes más vulnerables.Funcionarios de la Casa Blanca y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos continúan barajando medidas de alivio que moderen el impacto económico desatado por esta situación. Cabe recordar que el Congreso ya aprobó una ley de emergencia que ofreció fondos por valor de 8.300 millones de dólares para dar respuesta inmediata a la situación. Aún así, será necesario un estímulo mayor para amortiguar el impacto sobre los consumidores.Los medios de comunicación del país hablaban de varias opciones, como una expansión temporal de la baja por enfermedad remunerada y posibles ayudas para las empresas que se enfrentan a cualquier tipo de interrupción por el brote. "Cualquier disminución repentina de la demanda es una amenaza no solo para los trabajadores, sino que también podría tener un impacto negativo en los 15 millones de estadounidenses con empleos alternativos, como contratistas independientes, trabajadores de guardia, y trabajadores temporales", avisó Torsten Slok, economista de Deutsche Bank, haciendo referencia al número de personas sin seguro y los que no pueden acogerse a bajas.