El 'banco malo' analiza fórmulas para no entrar en causa de disolución cuando se agoten sus recursos propiosSareb está buscando la fórmula que le permita liquidar su cartera de una forma más ágil sin que eso le lleve a entrar en causa de disolución. Según apuntan distintas fuentes del sector a elEconomista, entre las vías que están analizando los accionistas de las sociedad, participada al 45% por el Frob y al 55% bancos sanos y otras empresas, se encontraría la de realizar un nuevo cambio en su normativa de contabilidad, que le permita quedarse sin recursos propios, sin que ello suponga causa de disolución para la compañía. Las mismas fuentes apuntan que estas inquietudes sobre el futuro del conocido como banco malo se están tratando ya con los accionistas públicos y privados y podrían trasladarse a las autoridades para ponerse en marcha. La petición de una normativa excepcional para Sareb no sería algo totalmente novedoso, ya que en 2008 tras el estallido de la crisis, se promulgó la ley 10/2008 para evitar que las inmobiliarias incurriesen en causa legal de reducción de capital y, en su caso, de disolución a causa de las pérdidas. Esta norma excepcional se prorrogó hasta finales de 2014 y lo que permitía es que no se computasen en las cuentas anuales las pérdidas por deterioro de activos derivadas del inmovilizado material, las inversiones inmobiliarias y las existencias.Una modificación de este estilo en la normativa de Sareb permitiría que la sociedad pudiera acelerar la venta de sus activos siempre que reciba ofertas a precios de mercado sin tener en cuenta el valor al que adquirió esos inmuebles y si eso genera minusvalías. La sociedad, que se creó para quedarse con el crédito promotor y los inmuebles de las cajas de ahorros rescatadas nació con unos fondos propios de 4.800 millones, de los que 3.600 eran deuda subordinada. La sociedad que preside Jaime Echegoyen cerró el 2018 con un patrimonio neto contable negativo de 5.135 millones de euros, según el último informe disponible de auditoría. En este documento se puntualiza que la compañía, no se encuentra en causa de disolución ya que no se computan 1.221 millones en pérdidas latentes por un derivado sobre tipos de interés, ni 5.092 millones en correcciones de valor de activos financieros, gracias a un decreto ley que impulsó el entonces Ministro de Economía Luis de Guindos en 2016. Gracias a ese decreto, el patrimonio neto es positivo por 1.177 millones. Sin embargo, la propia Sareb alerta en su memoria que "puede ver consumidos sus fondos propios, en el medio plazo". Cuando llegue ese momento, la sociedad podría convertir deuda subordinada, ya que todavía dispone en esa línea de unos 1.500 millones de euros. Tras explotar esa vía, Sareb apunta en la memoria que "se valorarán medidas complementarias o alternativas". Según explica la compañía a este medio, "si se descarta que los accionistas tengan que inyectar más capital".