Justo cuando la junta de accionistas de Dia aprobó ayer la refinanciación de la cadena que permitirá ampliar capital en 600 millones de euros y rescatar el grupo, ya bajo el control de LetterOne, una alerta alimentaria amenaza ahora de nuevo a la compañía. La empresa que dirige Karl-Heinz Holland remitió ayer un comunicado en el que pide a los clientes que hayan adquirido el lote de atún en aceite de girasol de 900 gramos fabricado por Frinsa 19/154 023 con fecha de caducidad diciembre de 2022, que "devuelvan el producto en su tienda más cercana". Dicho lote fue retirado ya el 10 de agosto de todas las tiendas por iniciativa propia y de forma preventiva, tras el aviso de una posible contaminación por parte de las autoridades sanitarias con las que la empresa asegura haber estado en permanente contacto."La compañía ha recibido por parte de la Agencia de Seguridad Alimentaria (Aecosan) la confirmación de la presencia de toxina botulínica en el análisis de una única lata, por lo que procede a solicitar la devolución de dicho lote del producto a sus clientes. Además, de forma proactiva, Dia va a contactar con los clientes susceptibles de haber adquirido este producto utilizando todos los canales que sean necesarios", asegura la cadena. Atención al clienteEl grupo, que ha puesto a disposición de los clientes un teléfono para cualquier duda que puedan tener a través del Servicio de Atención al Cliente, que estará disponible 24 horas al día, aseguró que "lamenta profundamente los inconvenientes que haya podido causar a sus clientes y avanza que seguirá manteniendo los más altos estándares de exigencia en la calidad y seguridad alimentaria en todos sus procesos". Fuentes de la cadena insisten, no obstante, en que la contaminación se ha producido en una única lata y que la empresa vende 1,3 millones de unidades de este producto al año. La contaminación se ha podido producir por un posible defecto en el proceso de esterilización. Se trata, en cualquier caso, de la segunda alerta alimentaria en Dia este año, después de que la cadena retirara en enero un lote de 24.576 latas de sardinas en aceite de oliva en conserva de su propia marca, fabricadas por la empresa portuguesa Cofisa, "como medida preventiva" ante un posible defecto de esterilización de algunas de ellas. La empresa confirmó también entonces que esa retirada se produjo ante la sospecha de presencia de toxina botulínica, aunque insistió en que los contraanálisis posteriores de la toxina resultaron negativos. "Toda esta retirada ha sido efectuada a través del sistema coordinado de alerta", explicó entonces el grupo. En cualquier caso, y tras el acuerdo de refinanciación, aprobado ayer, el magnate Mikhail Fridman ha aceptado inyectar liquidez en la firma y se evitará así tener que recurrir al concurso de acreedores gracias a una ampliación de 600 millones de euros. En total, Dia logró liquidez por un importe de 770 millones de euros, 490 millones que adelanta Fridman a través de un préstamo participativo y otros 280 millones como nuevas líneas de financiación.