Editoriales
Unidad de discurso y de estrategia
elEconomista.es
Aunque fue en estilo telegráfico, el presidente Mariano Rajoy aseguró ayer que reaccionará ante el batacazo electoral del PP, en las elecciones del 24-M, haciendo "cambios" tanto en el Ejecutivo como en el partido "antes del verano". En los planes de Rajoy, de los que no quiere dar aún más detalles públicamente, desempeña un papel importante el que es su hombre confianza en el actual Gabinete: el ministro de Industria.
No en vano José Manuel Soria tiene visos de que se convertirá próximamente en el superministro de todo el área económica, un cargo con indicios de asemejarse a una vicepresidencia en este ámbito. Rajoy no pretende con ello dar un golpe de efecto previo al despliegue de un nuevo programa de estímulos económicos, para el que las cuentas públicas no ofrecen margen.
Lo que Soria viene a suplir es la acuciante falta de una figura que supiera vender los logros económicos del Gobierno, un rol que ha quedado claro que no pueden asumir ni el titular de Economía, Luis de Guindos (demasiado atareado negociando en Europa) ni el de Hacienda, Cristóbal Montoro, cuyo puesto es harto impopular.
Si realmente Rajoy quiere que el éxito económico le granjee la victoria en noviembre, lo adecuado es que busque una figura que unifique el discurso económico del Gobierno. Igualmente ineludible es encontrar a la persona que logre que el Ejecutivo y el partido se atengan a una misma estrategia y hablen de forma coherente sobre los logros de la recuperación.
Está por verse, sin embargo, si este cambio bastará. Es previsible que Rajoy tenga que llevar sus movimientos más allá de Soria y atreverse con aquella modificación que con más fuerza solicitan las bases de su partido: el relevo del ministro Montoro.