Editoriales
Editorial: Regreso al auténtico dividendo
Telefónica comunicó ayer buenas noticias para sus accionistas. Estos últimos verán cómo, en 2016, volverán a cobrar todo el dividendo que les corresponde en efectivo. En otras palabras, la multinacional que preside César Alierta dejará definitivamente atrás el denominado scrip dividend, la práctica que lleva a cabo una empresa cuando paga con acciones propias una parte de la retribución que corresponde a sus accionistas.
El movimiento de Telefónica tiene una importancia indudable en clave interna, en la medida en que implica que la compañía volverá a convertir en una de sus señas de identidad la sustanciosa (y estable) retribución de sus partícipes. Sin embargo, la nueva estrategia cuenta con un alcance mayor, dado que supone un paso más hacia el arrinconamiento del scrip como forma de pago del dividendo.
Es una evolución deseable, después de que sus consecuencias perniciosas para el accionista sean ya más que manifiestas. Aquél sufre una dilución al verse retribuido por los títulos que genera la empresa en sucesivas ampliaciones de capital. De hecho, Telefónica quiere compensar los efectos del pago en scrip que hizo en noviembre y que repetirá este año.
Para ello, amortizará acciones por el equivalente al 1,5% de su capital durante dos años, recurriendo a su abultada autocartera. Es un síntoma más de que los tiempos del pago en papel se han terminado y es hora de volver al dividendo real en cash, como hará también el Santander. El desembolso en metálico puede suponer reducciones nominales del dividendo, pero más perjudicial resulta la acumulación de títulos cuyo valor se difumina. El inversor actual, en un contexto de tipos de interés en mínimos, busca rentabilidades reales.