Este año ha sido uno de los más difíciles que se recuerdan para Renault, al menos, desde 2009, cuando se reestructuró y presentó pérdidas. La debilidad de la demanda de automóviles en Europa, las amenazas de estar en el punto de mira en la guerra arancelaria, los nuevos estándares regulatorios para los motores diéses y la detención del que era su CEO y director de la alianza con Nissan, Carlos Ghosn, han llevado al título a perder más de un 30% de su valor en 2018. Renault, por su parte, todavía no valora la posibilidad de buscar un sustituto para Ghosn hasta que no finalice su investigación interna | Consulte aquí la cartera modelo de 'elMonitor' al completo.