Esta crisis ha golpeado a todas las economías del mundo con más o menos fuerza en función de las características propias de la misma, como su exposición a los sectores más afectados, el grado de apertura al resto del mundo, la incidencia del virus y la propia respuesta dada a esta crisis por los distintos gobiernos y mandos económicos.
Todo este puzle va a dejar también una recuperación muy asimétrica entre unas empresas y otras, entre unos sectores y otros y también entre unos países y otros, como ya estamos viendo con el caso de China, que presumiblemente será la que primero alcance niveles de actividad previos al coronavirus.