Los analistas creen que una parte de los 400.000 millones que inyectará el BCE a la banca para que conceda créditos a la economía (TLTRO) pueden acabar en deuda pública (carry trade). Sería una respuesta a la fuerte caída de las rentabilidades en los países periféricos.
El sistema de transmisión de la política monetaria a la economía real está roto o, cuando menos, funciona de forma defectuosa. Así lo reconoció el Banco Central Europeo (BCE) de forma indirecta en su reunión del 5 de junio: las nuevas medidas están destinadas a "mejorar el funcionamiento del mecanismo de transmisión de la política monetaria". La ruptura de este canal de trasmisión significa que las medidas de estímulo que adopta la entidad no llegan hasta la economía real, por lo que la inflación sigue en niveles muy bajos y el crédito sigue sin fluir.