El oro, el activo refugio por excelencia a nivel global, comenzó 2019 con un importante rebote que, sin embargo, se ha evaporado en los últimos días hasta quedarse plano desde el primero de enero. Esto, mientras la bolsa mundial se anota ganancias en este periodo, lo cual suele disuadir a los inversores de este tipo de activos considerados más seguros.
Estos últimos descensos no han borrado las perspectivas alcistas que hay sobre el metal precioso y, de hecho, hay un indicador que apunta a que 2019 será un año alcista para el oro y es que las posiciones netas especulativas (no comerciales) se encuentran en máximos no vistos desde julio. En este sentido, desde WisdomTree prevén que la onza finalice el ejercicio en los 1.370 dólares, es decir, casi un 10% por encima de los niveles actuales.