El petróleo sigue siendo uno de los grandes protagonistas de los últimos meses por su vertical descenso. Desde el pasado mes de junio ha perdido más del 60% del valor de su cotización.
Coincidiendo con la última reunión de la OPEP el pasado día 27 de noviembre en Viena, en que acordaron no recortar la producción, el petróleo aceleró su tendencia bajista perdiendo sus niveles de soporte clave. Estas fuertes caídas están afectando en gran medida a las acciones e índices sectoriales, y en consecuencia a los principales índices de referencia, lo que añade más incertidumbre al actual contexto bursátil.
Si prestamos atención al sectorial STOXX Europe 600 Oil & Gas (SXER), donde cotizan compañías tan importantes como son Repsol, Galp Energía, BP, ENI, Fugro, Tullow Oil, Technip o Royal Dutch Shella, podemos ver cómo tras perder la zona de soporte clave a medio plazo que presentaba sobre los 620 puntos, las caídas no se hicieron esperar. Esto ha confirmado un patrón de giro de la tendencia que es conveniente vigilar por la influencia que puede tener sobre las bolsas a nivel global.
A corto plazo ya hemos asistido a un lógico pullback hacia su antigua zona de soporte, ahora resistencia, y la presión bajista ha vuelto a ponerse al mando. Por tanto, mientras dicho nivel no sea recuperado, un escenario de mayores caídas sigue siendo el más probable. Con todo, consideramos que a pesar de puntuales rebotes la tendencia ha girado a bajista, y aún pueden restar importantes bajadas a medio plazo. Probablemente, al menos hasta los 535 puntos, que en caso de perder no encontraría freno hasta el siguiente nivel de soporte importante que se sitúa sobre los 495 / 500 puntos.