Economía

La UE busca allanar el camino a una aprobación del acuerdo para el 'Brexit'

  • Londres puede anular unilateralmente la petición de abandonar la UE
Foto: Archivo.
Bruselas

Theresa May consiguió ganar algo de tiempo y oxígeno político. El salvavidas no le llegó desde casa, donde quedó arrinconada en una duro debate en el Parlamento británico por retrasar el voto sobre el acuerdo de salida de la UE. La ayuda procedió desde el otro lado del Canal, donde sus todavía socios se abrieron ligeramente al diálogo que busca la británica para mejorar el texto de divorcio que iba camino de hundirse este martes en Westminster.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, anunció a última hora de la tarde del lunes que los líderes europeos "están listos para discutir cómo podemos facilitar la ratificación por parte del Reino Unido". Lo harán este jueves, como parte del menú de la cumbre que se celebra a finales de esta semana en Bruselas. May y sus socios quieren salvar un acuerdo que negociaron durante meses. El problema es que la británica quiere revisar la parte más sensible del texto: el "cortafuegos" (backstop) para evitar la frontera norirlandesa. A pesar de esta voluntad de diálogo de los 27, Tusk advirtió el lunes que "no renegociaremos el acuerdo, incluido el backstop". Un aviso que lanzó con la misma claridad la Comisión Europea. La portavoz comunitaria, Mina Andreeva, subrayó que el compromiso respaldado por los líderes el pasado 25 de noviembre es "el mejor y el único" acuerdo posible.

Día agitado

Tanto Tusk como la Comisión esperaban un día agitado. May había hablado la víspera tanto con el polaco como con el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, para "actualizarles" sobre los próximos días. Las llamadas le sirvieron a la jefa del Ejecutivo británico no solo para felicitarle el cumpleaños a Juncker, quien cumplió años el domingo, aunque fuentes comunitarias no quisieron detallar el contenido de la conversación.

Dado el reducido margen de maniobra, May jugó con las palabras para indicar que no quiere renegociar, sino "confirmaciones" de sus colegas europeos sobre la temporalidad del backstop. Este cortafuegos busca evitar una frontera en Irlanda del Norte, si no se encuentra una solución como parte del futuro acuerdo de asociación que ambas partes deben negociar. Si se llegara a aplicar el 'backstop', Londres quiere asegurarse que la permanencia en la unión aduanera, acordada como solución de emergencia para evitar la frontera en la isla, tendrá fecha de caducidad.

La última jugada de May fue recibida entre sus socios con escepticismo, confusión y malestar

Su intentona parte con opciones limitadas. Los 27 quieren salvar el acuerdo de divorcio que tan duramente se negoció durante meses. Sin embargo, evitar la frontera en Irlanda es una prioridad absoluta para la UE. Al mismo tiempo, reabrir el acuerdo de salida (o añadirle anexos) representaría plegarse al ala de los euroescépticos, abriéndoles la puerta a que presentaran nuevas demandas en el futuro.

La última jugada de May fue recibida entre sus socios con escepticismo, confusión y malestar. El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, advirtió de que ya se han realizado numerosas concesiones. Indicó que no tiene problemas con añadir clarificaciones, pero "ninguna clarificación puede contradecir lo que está en él". El eurodiputado liberal Guy Verhofstadt escribió en su cuenta de Twitter que "este retraso agravará más aun la incertidumbre para la gente y los negocios". Y urgió a los británicos a que se decidan. A su salida del encuentro con sus colegas europeos, el ministro de Exteriores holandés, Stef Blok, recordó la dificultad para llegar al acuerdo de salida que está sobre la mesa. "Así que si hay discusiones, no serán fáciles", previó.

El ministro de Exteriores español, Josep Borrell, no cerró la puerta al diálogo. Recordó que a España le perjudicaría más que a otros países una salida desordenada, por lo que salvar el acuerdo va en "interés propio", y descartó que el Gobierno vaya a buscar mejorar el polémico artículo 184 del acuerdo que provocó el bloqueo español el pasado mes por Gibraltar. Borrell recordó que el problema está en la frontera norirlandesa.

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